El fin de semana del 17 y 18 de mayo, Colonia Vignaud volvió a convertirse en un punto de encuentro para miles de devotos de María Auxiliadora. Más de 90 mil personas, provenientes de distintos puntos del país, peregrinaron hasta el Santuario para participar de la 82ª edición de esta celebración, profundamente arraigada en la identidad y en la vida comunitaria del noreste cordobés.

La historia de esta peregrinación se remonta a 1943, cuando el padre Fernando Zanichelli, ante una fuerte sequía, organizó una caminata desde Brinkmann hasta Vignaud para pedir la intercesión de la Virgen. Años después, en 1947, María Auxiliadora fue declarada oficialmente Patrona del Agro Argentino, consolidando un vínculo que desde entonces une la fe con el trabajo, la tierra y la esperanza de los pueblos rurales.

Las celebraciones comenzaron el sábado por la tarde con la llegada de más de mil motociclistas, ciclistas y corredores, que fueron recibidos con una bendición sacerdotal. Luego se celebraron misas para la Familia Salesiana y para quienes colaboran con la fiesta: organizadores, feriantes y agrupaciones gauchas. Por la noche, se llevó a cabo la tradicional peña folklórica.

El domingo, desde muy temprano, los peregrinos comenzaron a llegar a pie. La misa del caminante, celebrada a las 5:30, dio inicio a una jornada profundamente conmovedora. A lo largo del día se sucedieron distintas celebraciones litúrgicas, destacándose la misa central de las 11:00, presidida por monseñor Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco, y concelebrada por el padre Roberto Camusso, Ecónomo de la Inspectoría Salesiana Argentina Norte.

Durante ambas jornadas, más de 500 stands de artesanos y emprendedores se instalaron en la plaza principal del pueblo, ofreciendo sus productos y acompañando los festejos con un clima festivo y familiar.

Uno de los momentos más significativos fue la tradicional cabalgata: más de 100 agrupaciones gauchas y más de mil jinetes recorrieron el tramo entre la Basílica y el Parque Don Bosco. Allí, el director de la Casa Salesiana, Gustavo Mina, agradeció personalmente a cada agrupación y les entregó un presente como gesto de reconocimiento. Consultado por el sentido de esta celebración, expresó:

“Como salesianos, con mucha fe a María Auxiliadora, tratamos de promover año a año esta fiesta popular. Es algo que forma parte de nuestro estilo, de nuestra forma de vivir la fe”.

Este año, la fiesta tuvo además un significado especial: la Basílica Sagrado Corazón de Jesús fue declarada Templo Menor Jubilar de la Argentina, en el marco del camino hacia el Jubileo 2025. Bajo el lema “Caminemos con María, peregrinos de la esperanza”, los fieles que visitaron el Santuario pudieron acceder a indulgencias plenarias, en las mismas condiciones que las concedidas al visitar el Vaticano.

La comunidad educativa del Instituto Agrotécnico Salesiano “Nuestra Señora del Rosario” tuvo un papel central en la organización. Estudiantes de todos los cursos colaboraron activamente en distintas tareas. Gustavo, director de la Casa, destacó con orgullo esta participación:

“Hoy todos los alumnos, de alguna u otra manera, están prestando el servicio de la atención a los peregrinos: vendiendo alimentos, atendiendo ante cualquier necesidad. Están atentos para que todo peregrino se sienta bienvenido”.

Milagros Bosio, alumna del Instituto y vecina del pueblo, compartió cuánto significa esta celebración para su comunidad:

“María es el pilar fundamental de nuestra colonia. La queremos muchísimo, la alabamos mucho porque es la patrona del agro y nosotros nos dedicamos a eso”.

Contó además cómo la peregrinación toca el corazón de quienes participan:

“Cuando estás en la custodia de la Virgen y ves cómo la gente muestra sus sentimientos, pide, agradece… te toca el alma”.

Para Camila Giordanengo, también estudiante del Instituto, esta fiesta es más que un evento anual: es parte de su crecimiento en comunidad. Comentó que muchos estudiantes, como ella, comenzaron su recorrido escolar en tiempos difíciles, como la pandemia, y que la presencia de María fue un sostén constante.

“Siempre fue un pilar muy grande en la institución y siempre nos acompañó. Es muy lindo tener con quién apoyarte cuando estás mal, o contarle tus alegrías cuando estás lejos de casa”, afirmó.

También valoró el encuentro con los peregrinos:

“Estas fechas significan mucho. No solo recaudamos fondos, también disfrutamos de la llegada de quienes año a año nos siguen dando alegría”.

Una vez más, María Auxiliadora reunió a su pueblo. Y en ese gesto de caminar juntos, de servir y de celebrar, Colonia Vignaud reafirmó lo que vive cada día: que la fe compartida, la alegría del encuentro y el espíritu de familia son el corazón del carisma salesiano.