Córdoba. “Nosotros debemos tener como fin principal el cuidado de la juventud, y toda ocupación que nos aleje de ese cuidado no es buena” – Memorias Biográficas XIV, CAP XI –
Con estas palabras resonando en el corazón y en pos de construir en conjunto claves para la acción pastoral, las comisiones de la Pastoral Juvenil se reunieron el pasado 26 y 27 de febrero en Villa Don Bosco (Cabana – Unquillo).
En clima celebrativo y de encuentro las comisiones de comunicación social, voluntariado, parroquia, centros educativos, MJS, nuevas fronteras y la oficina de proyectos y desarrollo durante estos días se enfocaron la reflexión de las bases de nuestro llamado como salesianos, para que los proyectos de cada comisión como así también las actividades que se lleven a cabo en cada casa sean cada día más fieles al llamado de Don Bosco.
Desde esta perspectiva y a la luz de la diversidad de nuestros sectores representados, realizamos una lectura reflexiva sobre el llamado de Dios expresado en la conceptualización de todas aquellas ideas, valores, creencias, actitudes y horizontes que son los innegociables de nuestro ser salesianos. Realizamos una mirada crítica y constructiva sobre nuestro andar sobre esos aspectos y nos dejamos atravesar por todas aquellas virtudes, potencialidades y gritos de nuestros jóvenes. Gritos que cotidianamente escuchamos en el patio, entre las actividades pastorales, en los pasillos del cole que son la necesidad cruda de nuestros pibes, las problemáticas que les duelen y aturden.
Con la mirada centrada en ellos nuestros jóvenes y niños protagonistas construimos opciones de la Pastoral Juvenil que serán durante este año la clave y el eje para cada uno de nuestros proyectos, donde el compromiso de ser PADRES, MAESTROS Y AMIGOS de cada joven y niño que se acerca a nuestra casa se sienta profundamente amado, convirtiendo cada uno de nuestros espacios un verdadero Oratorio que sea para todos casa, iglesia, escuela y patio.
Profundizar la mirada, predisponernos a la escucha atenta, a la asistencia como le decía nuestro padre Don Bosco… simplemente volver al eje… tomar la voz de nuestros pibes para ponernos en medio, para caminar y afrontar los desafíos de cada día a la par de ellos. Que sea en nuestras casas donde puedan encontrar el amor que reclaman en sus gritos, el espacio donde se sientan auténticos y se encuentren profundamente amados por Dios cercano y amigo que vive en sus corazones.
Con este espíritu empezamos a recorrer un nuevo año, con el impulso de la celebración del bicentenario de la obra y la convicción que somos por y para los jóvenes más necesitados y pobres, que en la medida en que las puertas de nuestras casas y corazones se abran a ellos y a sus necesidades creando espacios, redes de contención y oportunidades estaremos siendo fieles a nuestro llamado.
Por Carla Castillo Steiner, Coordinadora MJS Zona Centro, Córdoba