La frase del título pertenece a Daiana Vergara, paranaense que deja la Obra de Don Bosco de su ciudad natal para emprender una de las experiencia más importante de su vida. Evangelizar en Lwena, en África, el continente olvidado.

Daiana, que por estos días partirá hacia el continente africano a misionar junto a los Salesianos de Don Bosco, es Lic. en Psicopedagogía, docente en la obra de la ciudad de Paraná y forma parte del oratorio. Ahora, y durante un año, su nuevo lugar en el mundo sera Angola.

“La idea de ir a misionar siempre estuvo latiendo en mi corazón. Que yo recuerde surgió por primera vez cuando tenía cerca de 13 años y participaba de Acción Católica. Con el pasar de los años, entré al colegio Salesiano de Paraná y realicé una experiencia en Formosa de misión y voluntariado, y sin dudas marcó el comienzo de mi deseo de querer partir en algún momento a África, poder ir más allá de las fronteras, pero también entendía que tenía que prepararme para partir. Parecía muy lejana la posibilidad pero con el pasar del tiempo se pudo ir concretando”, comento la joven.

 

Sobre su preparación , objetivos y metas en su nuevo destino, la Chepalista indicó: “No puedo decir mucho, solo pongo en manos de Dios mi destino, mi tarea y las personas con las que me voy a cruzar. Solo espero poder dar, entregarme como soy, para terminar con el corazón lleno de la alegría que viene de Él. La preparación fue mucha y variada, principalmente el acompañamiento espiritual fue y es indispensable, conocer y reconocer tantos dones y debilidades que Él me pedía entregarlas a quienes lo están necesitando. El último tiempo fue difícil las cuestiones de trámites y más burocráticas, cuestiones que hay que realizar para poder viajar y que desgastan mucho, pero con la ayuda también de sacerdotes pude sortear y seguir adelante, confiando en la providencia del Señor”.

Daina se instalará en la Comunidad Salesiana en Lwena y sobre esto comentó: “Sólo sé que hay grupos juveniles y también funciona allí un centro juvenil. Mucho más no quiero saber, ya que también creo que es parte de la experiencia el “dejarme sorprender” y esperar con alegría y ansias lo que Dios me tiene preparado para este tiempo, por eso tampoco tengo muy claro cuáles van a ser mis tareas allá eso lo voy a saber cuándo llegue y lo aceptaré con la confianza de que voy a poder realizarlo con la ayuda de la oración”. Asimismo agregó: “Voy a estar por lo pronto un año. Quiero también discernir qué es lo que Dios quiere para mí ya sea más o menos tiempo”.

Por último, la joven misionera que quiere hacer lio como dijo nuestro Papa Francisco dejó un mensaje: “A todos los jóvenes o adultos que hoy sientan el llamado de salir de sí mismos, de sus comodidades, de ir más allá y entregar un poquito de lo que son los invito a emprender este camino de fe y esperanza, donde van a poder encontrar muchos signos de este amor enorme que viene de un Jesús que dio su vida por nosotros en la cruz, de María que entregó a su hijo y que sólo nos pide un poquito de lo que somos para seguir construyendo el Reino. Solo hay que animarse a dar el primer paso, la Auxiliadora nunca te suelta la mano!”.

Por Alfredo Navarro