[vc_row][vc_column][vc_column_text]El suelo es el sustento de la vida, fuente de casi todos los alimentos que consumimos. Es además un recurso no renovable, que necesita de nuestro cuidado diario.[/vc_column_text][vc_column_text]

 

El 7 de julio es el día de la conservación del suelo. Se trata de una fecha de la agenda ambiental que nos recuerda la importancia de repensar nuestros hábitos y comportamientos sobre nuestra Casa Común y convertirlos en prácticas sustentables.

Nuestros suelos, además de brindarnos materias primas para los alimentos que consumimos, la ropa que vestimos o los edificios que construimos, aportan gran parte de la energía que cada día usamos, permiten el reciclaje de nutrientes y residuos orgánicos, regulan los ciclos hídricos, ayudan a combatir inundaciones y almacenan carbono, contribuyendo de esta manera a disminuir los efectos del cambio climático.

 

Algunas de las prácticas que no favorecen la conservación de los suelos son: la deforestación, el monocultivo y el uso excesivo de agroquímicos. Y aún si pensamos que esto representa una realidad lejana a nuestro contexto cotidiano, con pequeñas acciones podemos comprometernos en el cuidado del suelo y el ambiente en general:

Separando residuos y aprovechando los orgánicos en compost y huertas caseras.

Evitando la quema de residuos orgánicos, que generan gases tóxicos.

Consumiendo productos agroecológicos y con sistemas productivos respetuosos de la naturaleza.

– Fomentando consumos responsables en las compras diarias de nuestras familias y grupos juveniles (con reducción de plásticos, por ejemplo).

– Sembrando árboles y reforestando… ¡incluso en casa!

– Involucrándonos activamente a través de la lectura de informaciones específicas y adoptando estas prácticas en lo de todos los días.

 

 

El Papa Francisco en la Encíclica “Laudato Sí” nos dice:

“el suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios...”.

Como jóvenes líderes y ciudadanos comprometidos con el cuidado del medio ambiente debemos trabajar para ser agentes multiplicadores de buenas prácticas que conserven este recurso, finito y no renovable. 

 

Una colaboración de: 

- Sofía Nieva (Oficina de Planificación y Desarrollo)
- Luciana Caprini - Matías Coronel (Equipo de Comunicación Social)

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