En el marco del proyecto «Experiencia de servicio», alumnos del Colegio Domingo Savio realizaron trabajos de limpieza y reacondicionamiento en las instalaciones de una guardería de Comodoro Rivadavia, luego del temporal que azotó a la ciudad en el mes de abril.
La guardería Los Grillitos que se encuentra en la zona alta del barrio Pietrobelli también resultó afectada por el temporal de abril. La acumulación de barro y agua no solo ingresó al interior del edificio sino que también dañó el techo, obligando a suspender por unos días las actividades para los 20 niños que cada día asisten al jardín.
De a poco la institución intenta volver a su normalidad, y mientras su personal espera la visita de funcionarios municipales y provinciales para interiorizarse sobre esta triste situación, los que sí aparecieron ayer fueron los estudiantes del Colegio Domingo Savio, que en el marco del proyecto «Experiencia de servicio» visitan casas del barrio e instituciones para poder colaborar y dar una mano entre tanto desastre.
Básicamente vinimos a lijar y pintar los juegos de los chicos y a sacar la tierra que quedaba en el patio trasero del jardín, explicó Ramiro Cárdenas, uno de los estudiantes que participó de la actividad.
EL VALOR DE LA JUVENTUD
Luis Goitea, el director de la institución ayer estaba realmente conmovido por el gesto de los alumnos. El temporal nos ha afectado muchísimo, se nos ha inundado toda la institución. Lamentablemente no hemos tenido la respuesta que hemos querido, dado que la problemática es bastante grande en Comodoro. Pero hoy siento una alegría inmensa, porque a veces hablamos equivocado de los jóvenes y esto me ha demostrado que tenemos jóvenes sanos. Así que estamos muy satisfechos porque se ve que quieren a Grillitos, que quieren al barrio, señaló.
Según explicó Jorge Mango, preceptor que ayer acompañaba a los estudiantes, todos los años el colegio salesiano realiza este tipo de «Experiencias de servicio» que se llevan a cabo en forma voluntaria. Cada alumno que quiere participar de las actividades se anota en una lista y posteriormente se organizan acciones en diferentes lugares de la ciudad o en otros poblados.
«Generalmente cuarto año hace siempre en Comodoro, quinto en Río Mayo y sexto en la ciudad», sostuvo Mango. «Se ayuda a la gente en lo que se puede: arreglar un alambrado, hacer limpieza, pintura. Y Los chicos se comprometen de lleno con todo», contó.
Fuente: www.elpatagonico.com
La realidad en la voz de una docente
«Aquí vamos mejorando de a poco. Algunos barrios aún están con barro y casas impenetrables. El costo para las familias y para el Estado es millonario. Están reasignando terrenos en otros barrios, con lo que la vecindad queda desarmada. A algunos les pagan alquiler, a otros los mandan a módulos que son pequeños y con baños compartidos entre tres familias. En la escuela en la que soy directora tuvimos 28 familias, 150 personas y más de 40 días sin clases, un caos. La gente se resigna y aceptan las soluciones que les dan porque no hay alternativa alguna. No ha vuelto a llover desde aquella tormenta. Nuestro clima es de estepa. Algo muy extraño fue aquello», comentó Irma Kundt, directora de una escuela pública de la zona.