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La fiesta litúrgica de Sor María Romero Meneses se celebra cada 7 de julio. Esta religiosa salesiana fue la primera beata en América central y hoy camina hacia su canonización.
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Toda de Jesús, toda de María, abrió su corazón a la obra de Dios en su propia vida y se entregó a los hermanos más necesitados mediante gestos concretos de caridad, sanación y obediencia. En su biografía pueden encontrarse multitud de anécdotas extraordinarias que dan cuenta de la fe inquebrantable de esta mujer.
Roma (Italia). El 7 de julio de 2020 se celebra la memoria litúrgica del nacimiento en el cielo de Sor María Romero Meneses, la primera mujer “Beata” de Centro América.
La Beata María Romero Meneses es una religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Es un alma volcánica, como su tierra natal, Nicaragua. Se dio enteramente a los más pobres entre los pobres, con una confianza total en la Providencia.
Nace en Granada (Nicaragua) el 13 de enero de 1902. El padre era ministro del gobierno republicano y muy rico. Pero era también muy generoso con los desheredados.
Para ella la familia soñaba grandes cosas: estudia música, piano y violín. Pero María escoge el camino de la consagración religiosa (1923 primeros votos).
Le parecía como si el carisma de Don Bosco hubiera sido creado propiamente para sus aspiraciones.
Pronunciados los votos perpetuos (1929), fue invitada a San José de Costa Rica (1931), donde pasará 46 años de su vida. Destinada a enseñar en el colegio de los jóvenes acomodados busca sobre todo “niños pobres y abandonados”, como don Bosco.
Y, conquistados los de la ciudad, va por montes y valles a “salvar almas”.
Forma, escogiéndolas entre sus mejores alumnas, a las discípulas para la Obra de los Oratorios (1934). Las llama las misioneritas, dado que la catequesis, acompañada de las obras de misericordia, era su obra principal.
Comienza después a fundar los oratorios festivos, ¡que llegaron a ser treinta y seis! Gracias a la obra voluntaria de médicos especialistas, se encamina en el proyecto de un poliambulatorio con varias especialidades, para asegurar a los pobres asistencia médico-farmacéutica.
Para las familias sin techo hace construir cabañas “reales”: las ciudadelas de María Auxiliadora, una obra que continúa hasta el día de hoy por medio de la Asociación laica Asayne (Asociación Ayuda a Necesitados).
Para propagar la devoción salesiana a María Auxiliadora hace construir una iglesia en el centro de San José en un cafetal (plantación de café), en torno a la cual crecen numerosas obras sociales que involucran a personas acomodadas, conquistadas para la causa, después de haber experimentado los efectos de la devoción mariana. La Obra está activa hasta nuestros días y es conocida como Casa de la Virgen o Casa de María Auxiliadora – Obras Sociales.
La actividad de sor María está sostenida por su intimidad con Jesús y María (“Todo para mi Rey y mi Reina”).
Muere de infarto el 7 de julio de 1977 en las Peñitas (Nicaragua), después de ser llevada a la patria para un período de reposo. Su cuerpo regresó a San José (Costa Rica) y reposa en el Mausoleo en la gran obra fundada por ella.
Juan Pablo II la beatificó en Roma, el 14 de abril de 2002. Sor María Romero es la primera mujer “Beata” de Centro América.
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Fuente: FMA
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