Como salesianos nos unimos al Papa Francisco en sus rezos y peticiones por el fin de la pandemia.
Sabemos del poder de la oración. Lo hemos experimentado, tanto en momentos desesperados como en otros muy felices. Armamos la ronda, tomamos nuestras manos, nos miramos a los ojos. Vienen las intenciones, un poco tímidas al principio; algunas quedarán en el corazón. Por esas también rezamos. Nos sentimos reconfortados, fuertes, confiados. En manos de Dios, nada puede salir mal.
Hoy, cuando no visitar es una muestra de amor más grande que ir a tomar unos mates y mantener la distancia cuida más que estrecharnos en un abrazo, la oración es la manera más efectiva de sabernos uno.
El Papa Francisco ha invitado a todos los cristianos a rezar, mucho y con fe, para que pronto podamos reunirnos y compartir nuevamente como nos gusta a los argentinos, bien cerquita.
El miércoles 25 de marzo, se convoca al rezo del Padrenuestro, todos juntos, varias veces al día. Además habrán campanazos en las Iglesias.
La oración que nos enseñó Jesús une a todos los cristianos, recordándonos que tenemos un solo padre y que importa más el amor que tengamos los unos con los otros, a las diferencias.
Finalmente, el viernes 27 habrá un momento de oración, celebración de la Palabra y adoración al Santísimo Sacramento, del que se podrá participar por internet, a través de las redes sociales.
La fe y el amor trascienden el plano físico, nos hermanan y ayudan a construir una humanidad más santa, a imagen del Padre del Cielo.