Acompañar las emociones, contener las emociones

En la clínica, una de las mayores dificultades que se presentan es la de vivir las emociones, esto es: tener la posibilidad de hacerlas asimilables, contentibles y
manejables (lo que suele generar un deterioro significativo a nivel personal y social). Y es posible que en cada casa salesiana uno pueda encontrarse (o salir al encuentro) con
jóvenes que atraviesan un mal-estar con estas características. Desde ese encuentro, surge la oportunidad de acompañar en el “aquí y ahora”.

Hay un concepto que se utiliza en psicología y se denomina “rêverie” (contención de aquello que necesita descarga) que implica, de parte de uno, la funcionalidad de recibir
y transformar lo que el otro pone en juego en su compartir. De esta manera, se habilita un espacio y un tiempo para que la palabra y las emociones encuentren la posibilidad de
expresión y transformación.

En este sentido, acompañar se traduce (en clave salesiana) en “presencialidad” que
involucre:
 la disponibilidad de una escucha plena,
 empatía y comprensión,
 intervenciones con preguntas que generen apertura más que cierre,
 el respeto de cada proceso personal con lo que esté atravesando.

Así, este tiempo de Adviento invita en cada acompañamiento a un tiempo de espera y de preparación para recibir el “nacimiento” de un nuevo bien-estar.

 

Pablo Palavecino
Lic. en Psicología
M.P 1030