Las vacaciones de invierno, la Residencia Salesiana y la vuelta a clases.

 

Más cortas, más extensas, con o sin viaje, aprovechadas, en familia, con amigos o con Netflix, las vacaciones se están acabando. El receso de invierno es una pausa para cargar energías al lado de la estufa y volver con ganas al patio, ese que nos reúne siempre. Extrañamos las actividades, a los chicos, los juegos y los gritos, pero sabemos que necesitábamos este descanso.

 

 

La Residencia Universitaria Salesiana (RUS) funciona en el corazón de la ciudad de Córdoba. Cinco casas de barrio alojan a los más de 70 jóvenes que llegan de todas partes para realizar sus estudios universitarios. Comparten almuerzo y cena, todos juntos, en el Colegio Pío X, donde también muestran sus destrezas deportivas (en fútbol, básquet, voley, ping pong o metegol), como DJ’s, músicos o cebadores de mates. Claro, nunca falta la dedicación y esmero en el estudio.

 

Aunque los universitarios viven «solos», cuentan con dos ángeles de la guarda que los visitan a diario, los escuchan y acompañan, pendientes de su día a día. Ellos son «Javi» Aybar (asistente de las casas de chicos) y «Pini» Moyano (asistente de las casas de chicas). El salesiano que acompaña actualmente la vida de la RUS es el diácono Richard Godoy.

En la RUS, el éxodo de mitad de año inicia a fines de junio. Los residentes comienzan a irse progresivamente y por tandas.

 

 

«Cuando el comedor -ese punto de encuentro fuerte- comienza a despoblarse a causa de este corte de mitad de año, da un poco de tristeza y nostalgia, porque vas viendo como se apaga esa energía fuerte que caracteriza a la RUS», explica Pini. Y aclara:

«Eso desde la mirada de la institución, desde nuestros espacios. Pero después pensás qué reconfortante es verlos partir hacia sus puntos afectivos principales: se encuentran con la familia, con sus casas, con su tierra, sus amigos, sus compañeros… cómo recargan pilas, cómo se renuevan energéticamente y todo lo que eso implica. Los ves irse cansados, agobiados, preocupados, algunos ansiosos, un poco estresados… y como vienen, aunque sean 15 días de vacaciones, renovados.»

La gran mayoría termina de irse hacia los primeros días de julio. Quedan quienes tienen fechas de exámenes próximas, que suelen ser entre 20 y 25, y que constituyen la segunda tanda que vuelve a casa durante la segunda quincena de este mes. Julio, para la Residencia Salesiana, es un constante movimiento de «se van unos y llegan otros».

 

 

«A medida que van llegando, surge la alegría, nuevamente el encuentro, nuevamente volvernos a ver y tomar fuerzas para la segunda etapa, que generalmente es más pesada.

Creo que el corte es más difícil y la angustia es más dura cuando parten a fin de año, porque algunos se van y ya no vuelven a la RUS. Pero ahora en julio tiene que ver con esto: se van, da nostalgia, pero sabemos que vuelven renovados y eso se nota.»

 

 


Segundo tiempo

 

La segunda parte de este 2019 será en la RUS un avance constante. En el marco del  naciente proyecto para su transformación, los encargados seguirán trabajando desde el área logística y organizativa con reuniones periódicas. En cuanto a los jóvenes residentes, serán destinatarios de las propuestas que año a año llegan para contribuir a su formación integral:

 

 

Retiro para jóvenes (de la RUS y abierto a la comunidad)

Fiesta de la comunidad (junto a toda la familia del Pio X)

Paseo a las sierras (para festejar el día del estudiante)

Campeonato mixto de voley

 



Hacia 2020

 

 

Otra cosa que sucede durante el receso invernal es que es la época del año en que la RUS recibe más visitas. Los futuros ingresantes viajan para conocer la propuesta de la residencia, las casas y el comedor.

 

«Es fundamental el primer encuentro con la familia. Dedicamos parte importante de nuestro tiempo para que ellos se saquen todas las dudas, para mostrarles las instalaciones, todo lo que implica nuestro servicio e informarlos con toda la paciencia.»

 

El 2020 va a ser para la RUS el inicio de una metamorfosis, vista fuertemente en la parte edilicia: «Cuando el proyecto esté terminado, ya no van a ser casas dispersas por el barrio, sino que va a haber un edificio para chicas y otro para varones. Nace otra RUS», comenta Pini.

 

  • ¿Qué es lo que la RUS, aun en esta transformación, no cambia?

– La RUS no cambia la esencia de la convivencia entre jóvenes, solos. Los adultos responsables estamos caminando al lado pero no vivimos con ellos. No cambia en su compartir, en el apostar a los vínculos, que entre pares se están ayudando en este inicio de la vida en Córdoba y, por nuestra parte, seguir acompañando. Creemos que a raíz de la concentración edilicia y logística, seremos más fuertes y eficientes en este sentido.

 

 

Colaboración de: Pini Moyano - Asistente de chicas en la RUS