La necesidad nos vuelve uno y la debilidad nos hace fuertes. La red de voluntariado joven es un proyecto de Cáritas Argentina en el que están participando personas de diferentes edades, provincias y credos.
La convocatoria de Cáritas Argentina reúne a todas aquellas personas que tengan la voluntad de aportar desde sus respectivos lugares para superar juntos la situación de emergencia social que atravesamos.
«Nos parece que son tiempos en los que como jóvenes y como iglesia tenemos que estar unidos, trabajando juntos por los que más lo necesitan».
Cáritas es una organización de la Iglesia Católica que trabaja para dar respuesta a las necesidades de los sectores más vulnerados de la sociedad. Presente en las 66 diócesis argentinas, implementa programas de diversa índole y actúa frente a emergencias climáticas o sociales, como la pandemia que hoy nos afecta.
Está llevando a cabo un importante trabajo en red con asociaciones civiles, empresas y la estructura estatal, a fin de contener y disminuir los daños. En primer lugar, desde la propagación del virus se fortalecieron los servicios de ayuda inmediata como merenderos, comedores y centros barriales. Además, se están distribuyendo kits de artículos sanitarios y bolsones de alimentos en todo el país.
En Córdoba, por ejemplo, los voluntarios se reunieron antes del inicio de la cuarentena obligatoria, junto a la pastoral social y la Secretaría Social municipal, para evaluar cómo continuarían sus acciones ante la llegada del coronavirus a la Argentina. Así lo cuenta Fátima Quispe, salesiana cooperadora del centro Artémides Zatti, quien también participa en la Cáritas diocesana.
«Vimos la necesidad de que ellos no sintieran que los abandonábamos.»
Después de una semana, ante la declaración del aislamiento social preventivo, hubo que repensar el plan de acción y comenzar a trabajar de otra manera. En esta segunda instancia, varios voluntarios se vieron impedidos de continuar su servicio y fue entonces cuando se hizo necesario sumar manos.
Como está sucediendo en muchos lugares, se habilitaron centros para las personas en situación de calle, donde se procuró poner a disposición asistencia médica y psicológica, especialmente para la gente que sufre adicciones. La logística está a cargo de los entes municipales en diálogo con los sacerdotes.
Los voluntarios como Fátima, están juntando ropa, alimentos, libros y juegos. Muchas religiosas están abocadas al acompañamiento de chicas trans y mujeres que ejercen la prostitución y no tienen dónde vivir. Algunos jóvenes, desde sus casas, habilitaron espacios de escucha virtuales y prestan el oído también de manera presencial en los centros de contención.
A fin de garantizar una organización general y orientar la convocatoria e incorporación de los voluntarios, se ha creado una #RedDeVoluntariadoJoven.
A fin de garantizar una organización general y orientar la convocatoria e incorporación de los voluntarios, se ha creado una #RedDeVoluntariadoJoven.