Faltan solo algunos meses para el próximo Capitulo General, cuyo tema principal será el perfil del salesiano para los jóvenes de hoy. La hermana Rosa Teixeira nos plantea una respuesta a esta cuestión.

 

La Hna. Rosa Teixeira es Hija de María Auxiliadora (FMA), salesiana consagrada al servicio de los jóvenes en Portugal. Mediante un artículo publicado por el Boletín Salesiano de ese país, se propone describir la figura ideal del educador salesiano en el mundo actual.

 

«Porque en el entero arco de la historia los jóvenes son siempre jóvenes, me atrevo a decir que los jóvenes de estos días necesitan de salesianos con el mismo espíritu de aquellos primeros que, en Valdocco y de la mano de Don Bosco, vibraron al ritmo del Espíritu, cultivadores incansables del Da mihi animas.»

 

 

Así comienza el escrito, que contextualiza y refiere a la Congregación Salesiana en su primera etapa, para traer, actualizar y hacer vivos sus fundamentos iniciales.

 

«En aquella segunda parte del Siglo XIX nuestro fundador y sus primeros salesianos no tenían dinero, pero se sostenían con una confianza increíble en la Providencia divina y en la Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco, que siempre premia a quienes están dispuestos a gastar la vida propia con tal de ponerla al servicio y para bien de los jóvenes. El santo de los jóvenes ardía por un celo incesante, muchas veces arriesgando incluso la vida, y todo ese celo pastoral se los transmitió, o mejor dicho, se los contagió a sus salesianos.

 

Por eso apunto que me parece que en estos días, como en aquellos, así han de ser sus salesianos: felices del don vocacional recibido, que gasten su vida a semejanza de Jesús y del fundador, que cultiven la prioridad del ser sobre el hacer y que inviertan cada día en la búsqueda de la santidad desde lo cotidiano, bien convencidos de las razones profundas de su vocación y misión; salesianos que invierten su vida y sus días en la fidelidad a la Alianza hecha con Dios a favor de la misión educativa y que, al hacerlo, testimonian serenidad y paz.»

 

 

¡Se santifican santificando!

Continúa Sor Teixeira delineando este perfil actual («ya entrado el Siglo XXI»), y afirma que otra característica ineludible es conservar los tres amores blancos de Don Bosco con devoción creíble, real. Estos son:

  1. el gran amor a la Iglesia, representada en el Papa,
  2. el amor filial a la Madre y Auxiliadora, y
  3. el amor, sobre todas las cosas, a Jesús Eucaristía.

 

 


«DEBEMOS HACERNOS ESTA PREGUNTA SIEMPRE, TODOS LOS DÍAS:

¿Qué tipo de salesianos para los jóvenes de hoy?»


 

En concordancia con el primero de estos amores blancos, la hermana Rosa comparte otra respuesta, citando al sucesor de Pedro, cabeza de la Iglesia Católica en la Tierra:

«Dice el Papa Francisco que el salesiano de hoy ‘ha de ser un hombre concreto, como era su fundador; un salesiano que sabe mirar alrededor, enterarse de las situaciones críticas y de los problemas, confrontándolos, analizándolos y tomando decisiones valientes; un salesiano debe saber que está llamado a atender todas las periferias del mundo y de la historia, las periferias del trabajo y la familia, de la cultura y la economía, que necesitan ser curadas; debe ser un educador que abraza la fragilidad de los jóvenes que viven marginados y sin futuro, que cura sus heridas y las trata como buen samaritano; el salesiano es portador de alegría.«

 

 

 

 

La conclusión -y la invitación- es la siguiente:

 

«Seamos ese tipo de salesiano. Ardamos con celo incesante por nuestra respuesta vocacional y por nuestros jóvenes de hoy.»