Cuatro Salesianos de Don Bosco realizaron su primera profesión religiosa. Ahora continúan su camino formativo como consagrados con un desafío: permanecer en el Amor.
Enzo Campo, Matías Bustos, Lautaro Oviedo y Juan Balmaceda iniciaron una nueva etapa en su vida. Profesaron como Salesianos de Don Bosco, eligiendo honrar a Dios en el servicio a los jóvenes, especialmente los más vulnerables.
La celebración se dio en el marco de una Eucaristía realizada el día 31 de enero, en la fiesta de San Juan Bosco, en Corrientes. El Padre Inspector, Horacio Barbieri sdb, presidió la acción de gracias, acompañado de un gran número de salesianos que quisieron hacerse presentes para esta ocasión tan especial.
Los neoprofesos manifestaron su alegría y compromiso por continuar haciendo el bien a las juventudes a través de la Obra de Don Bosco en Argentina. Días previos a la celebración, recordaron cómo habían conocido la Familia Salesiana y qué valores del carisma se sienten llamados a transmitir.
Para Matías, «la cercanía y el clima de familia» marcaron su vida en jardín de infantes. «Desde entonces me quedé enamorado y enganchado del carisma», confesó.
«Algo que me llamó la atención de los salesianos es el estar siempre alegres y el acompañar -dijo Lautaro-. Hoy decido ser salesiano y acompañar desde la alegría y del amor».
«Conocí a los salesianos en el oratorio», dijo Enzo, resumiendo la experiencia que desea sentir y replicar en su vida.
Juan, por su parte, encontró en los grupos juveniles, en la entrega a los jóvenes y el patio, un testimonio real y vivo de Jesús.
Estas opciones, hechas con libertad, consagran a estos jóvenes en sus ganas de seguir a Cristo al estilo salesiano. Ahora se encaminan hacia su nuevo destino: el Posnoviciado Interinspectorial Miguel Rúa de Córdoba, para vivir tres años de formación, apostolado, nuevos vínculos y nuevos patios.
Luciana Caprini