En la tarde del sábado 18 de marzo la Parroquia San Juan Bosco de la capital tucumana se fue llenando poco a poco para acompañar a nuestro Hno. Alejandro Jorrat en el paso vocacional de su ordenación sacerdotal. La celebración fue precedida por Monseñor Alfredo Zecca y acompañada por mucha gente que puso su granito de arena para crear un lindo clima de familia y oración.
Al finalizar la eucaristía, luego de las palabras de agradecimiento por parte del P. Gabriel Romero a la familia Jorrat y a Mons. Zecca, Alejandro tomó la palabra.
Este fue su testimonio:

“Quiero dar gracias a Dios por haberme cuidado y acompañado a través de personas concretas. Ese gracias a Dios se hace un gracias a la familia, que me está acompañando. A toda la familia, a los que están presentes y a los que no, pero de manera especial al núcleo familiar más cercano: a Mamá, a Papá, mis hermanos y toda la familia que se va agrandando. En especial a ellos porque cada uno a su manera siempre ha buscado lo mejor para mí, ha buscado que yo sea feliz con las opciones que fui tomando, compartiendo o no compartiendo, pero siempre acompañando. ¡Gracias! porque este es un día muy feliz en mi vida y es lindo poder estar acompañado por ellos, por ustedes…»

Gracias también a todas las personas que están acá. Dios ha sido muy bueno conmigo. Hay gente de muchos lugares que han hecho un esfuerzo grande por venir. Gracias por ellos y gracias por tantos chicos y chicas con los que he compartido a lo largo de todos estos años como salesiano. Gracias por el acompañamiento y por haber sido signos del amor de Dios conmigo.
Gracias también a los salesianos que están presentes, a los sacerdotes que me están acompañando, a los que están y a los que no han podido venir. Gracias a Dios por las personas de mi familia o de la congregación que me han marcado tanto. Quiero dar gracias hoy por ustedes y pedirles que me ayudan a darle gracias por semejante regalo que uno no se merece.

El lema que yo elegí para la ordenación es de la carta a los hebreos que dice “No te dejaré, nunca te abandonaré” (Heb 13, 5). Elegí ese lema porque es la experiencia que fui haciendo a lo largo de todos estos años en situaciones lindas, felices y en situaciones de cruz. Tengo la certeza de que Dios nunca me ha dejado, que siempre me está acompañando a través de personas, situaciones o acontecimientos concretos.

«Quiero cerrar con esto: cuando era chiquito y entré al colegio – yo hice el primario acá en el Tulio y el secundario en el Massa – siempre nos decían que bastaba que un joven entre en la casa de Don Bosco, a la casa salesiana, para que la virgen lo cubra con su manto. Quiero pedirles a ustedes que me acompañen para poder poner este regalo, este ministerio, bajo el manto de la virgen. A poner mi vida bajo ese manto y pedirle que me siga protegiendo. Y que cada uno de ustedes también pueda poner bajo ese manto a alguna persona que conozcan, que esté necesitando una gracia y juntos nos pongamos en manos de Dios por medio de María.”

Esperamos que este paso, querido Alejandro, te lance más de lleno a servir a Jesús entre los chicos y chicas más necesitados. ¡A dar mucho fruto! Contás con nuestra oración y presencia.

Por Hno. Gabriel Osorio