Comenzamos un tiempo de Adviento, de espera. Mates de por medio, hacemos el aguante hasta que llegue Jesús. 

 

El Adviento es el tiempo litúrgico en que la Iglesia hace un camino de preparación para la fiesta de Navidad. Del latín «adventus»/venida, es un período de alegría y agradecimiento por el advenimiento del Jesús-niño-bebé, del Dios que es Grande en lo pequeño.

Y si hablamos de la grandeza de lo pequeño, como salesianos sabemos que los momentos más valiosos tienen lugar en la cotidianidad de la vida. Esto es, por ejemplo, en unos mates compartidos. El 30 de noviembre se festeja en todo el mundo el día internacional del mate.

Parece una buena oportunidad para retomar algunos tesoros que surgieron, justamente, en una mateada durante los días del Zatti Joven 2019En medio del evento que reunió a más de 800 jóvenes de Don Bosco en el patio salesiano de Tucumán, la invitación fue hablar sobre Jesús.

 

¿Cómo conocieron a Jesús?

 

Javi: «que toda mi vida sea este sí»

Javi, el más chico, rompe el hielo y dice que posta, en el Estilo 2018. “Ya lo conocía, ya lo sentía, ya era como un seguimiento más lindo, pero cuando dije ‘yo estoy seguro de que tengo fe’ fue en el estilo de mallín”.

 

“Bueno yo todo lo contrario…”, acota Luciano. “Yo me crié con el Dios ese tradicional, que te imponen de familia. O sea, me obligaron siempre a ir a la Iglesia… y uno así se aburría. Creo que terminé confirma (confirmación)siendo ateo. Chau confirma, nos vemos Dios. Y pensé que nunca más iba a tocar una Iglesia. Dos semanas después caen los señores salesianos y el señor Gaby (Gabriel Osorio), que era la primera vez que llegaban a La Rioja. (… )Y con toda esta nueva onda del Dios moderno, del Dios fuera de la Iglesia, puesto en la  calle, en los pibes. Creo que ahí yo recién llegué a sentirlo y dije:

‘Este es Dios y acá está’.”

 

Flor creció en una familia no practicante. Pero conoció a Jesús gracias a las religiosas franciscanas del Colegio del Tránsito. “La hermanas me inculcaron mucho esto de escuchar a Dios, del hermano que tenés al lado, de que ahí está Dios, de la compañía que puedo ser para el otro… Y en esas cosas fui encontrando a Jesús y después bueno, momento ateo como cualquier adolescente. Cuando entré con los salesianos fue que, en los pibes, encontré a ese Jesús que yo había encontrado en mi infancia”.

 

Flor y Giovi junto a los Salesianos Cooperadores de San Juan.

 

Giovi, que fue al mismo cole, dice que ella no encontró ahí a Jesús. Recuerda la sonriente la conversión de su mamá: “De a poco entró toda mi familia a ser católica practicante”. Ya en el secundario, se dejó fascinar por el Mallín Amistad:


“Esa experiencia fue tan fundante que me dejó en la vida tener un Dios así, un Dios amigo, un Dios a la par”.


 

“La escuela te plantea que tenés que ir a misa y ahí lo vas a encontrar a Jesús o que tenés que hacer tal cosa…”, expresa Bruno. Él lo conoció, en verdad, de mano de los grupos salesianos: “Desde ahí, Jesús está en el patio, está donde hay alegría. No necesariamente tenés que entrar a misa y estar callado sino cantando, celebrando. Ahí también está Jesús y ese es el verdadero. Para los jóvenes, nosotros, toda la Congregación salesiana, es el que buscamos, en el que creemos”.

 

Elías sabe que el primer lugar donde Jesús se le presentó fue en su familia. “Religiosa, mal mal mal” (o sea, muy religiosa, en lenguaje juvenil). La catequesis y la escuela ayudaron a que jamás dude sobre la existencia de Dios… “Pero de pibe no iba a Don Bosco yo a la catequesis, iba a otra parroquia. Un Jesús todo recto, todo perfecto, como dice la Biblia, a la vieja escuela.” Asegura que, tras ingresar a los grupos salesianos descubrió

“a un Jesús vivo, completamente diferente. Un Jesús actual, un Jesús del Siglo XXI”.

 

 

El Belgrano de Tucumán es el colegio de Ramiro desde que tiene memoria, y fue allí su kerygma. “Jesús en mí llegó muy joven. Nueve o diez años. Sentía alguien que me acompañaba y estaba ahí: en misa, siendo monaguillo, escuchándolo, algunas veces me quedaba a rezar… sentía esa compañía ahí”. Hoy, cree que tiene que volver. “Me agarró el adolescente, el secundario, sea por salir con mis amigos u otra cosa. Pero lo mismo sigo intentando ir, hacerme un tiempo y escuchar al Señor. Lo que siento es que me sigue protegiendo así”.

 

Para Seba, sus padres fueron muy buenos transmisores de fe. “Para mí Jesús siempre existió. Por ahí fui conociéndolo más y enamorándome más de Él a medida que fui creciendo. Mi mamá siempre me estuvo mostrando una imagen de Jesús muy cariñoso, muy bueno y muy parecido a lo que nos enseña el carisma salesiano. (…) En un Soñador, descubrí que Jesús había estado mirándome desde que era un pibe, que me amaba y que me perdonaba todas las macanas que me había mandado. Y bueno, desde ahí no lo quise soltar”.



Si lo pudieran definir, ¿quién dirían que es Jesús para ustedes?

 

Flor asegura: “Un fiel compañero de camino. En mi vida es como que vamos codo a codo. No está ni Él antes que yo ni yo después que Él. Vamos a la par y ahí estamos: problemas, dudas, tristezas, alegrías, momentos, estamos al lado. En toda circunstancia está presente”.

 

Javi concuerda y agrega que Jesús quiere lo mejor para cada uno, que “te muestra lo bueno y te dice: ‘Vos decidí pero fijate, yo te doy la mano. Yo la dejo ahí, vos agarrala cuando vos quieras. Si querés nunca la sueltes, si querés un día volvé pero yo siempre voy a estar’.

 

Para Ramiro, Jesús es “como un segundo padre. Lo que lo diferencia es que siempre te va a perdonar”. Giovi suma su visión, tomada de Mallín: “Tres manos. Nosotros al timón de nuestra barca, que es nuestra vida, y Jesús atrás con una mano en el timón. La dirección la tenemos nosotros, porque Él en su infinita sabiduría nos hace libres, pero no nos deja de acompañar”. 

 

Bruno lo define como “el amigo perfecto, ese que te dice cuando estás haciendo las cosas bien, que te aconseja, que te dice: “mirá, por acá no porque te podés meter en una macana…”. Elías complementa:

“Pasa que cuando vos a un amigo

le fallás, ya está.

Nos vemos, nunca más.

Y Jesús sigue estando.”

 

 

 

Seba traduce al criollo la imagen de Jesús: “¡Qué maestro! Realmente digo, un maestro es maestro toda la vida. Por más que te enseñó en primer grado, te sigue enseñando y seguís viéndolo como ejemplo. (Jesús) es mi mayor ejemplo a seguir.

Es el camino para hacer todo lo que está bien en esta vida.

Todavía ni siquiera puedo comprender muy bien esta palabra y abarcarla en todo, pero creo que Jesús es amor. En su máxima expresión.”

 

Luciano cree que Jesús es sinónimo de esperanza, en los peores y los mejores momentos. Elías concluye: “Jesús re está, pase lo que pase”.

 



¿Qué tenemos para agradecerle o qué para pedirle?

 

Y hay un consenso general: Los jóvenes.

La banda riojana en su primer evento masivo como MJS

 

“Yo le agradezco haber puesto a todos ustedes en el momento justo de mi vida, cuando sos chico y tomás decisiones que te van a marcar para toda la vida. Yo siempre le voy a agradecer que haya llegado toda la movida salesiana y también que durante la semana haga que pase algo que sea ese motor de arranque con los pibes. Y bueno, pedir por todos, por todos nosotros y por los que les haría bien estar acá.” 

 

 

“Si tengo algo que agradecer es que me haya presentado tantos jóvenes en mi vida, que me enseñan día a día, que me van marcando en mi camino y me van confirmando que no hay un Dios muerto o un Dios que no existe, sino que es un Dios que está presente en cada uno. Verlo reflejado en eso demuestra todo el amor que tiene y cómo quiere hacerse presente a lo largo de mi vida.

 

 


“Estoy súper agradecido de que tanta gente le meta ganas”.

“Somos jóvenes que tratamos de ayudar a otros jóvenes…

y eso está buenísimo”.


 

 

“Hay muchas cosas para agradecer. Que me haya dado la vida, que me haya permitido conocerlo, yo creo que son regalos únicos, que muchos no tuvieron la chance y las posibilidades que tuve yo y me hace sentir especial. Principalmente, agradecer todos los dones que me dio: la capacidad de vivir, pensar, hablar y entregarme… sobre todo la posibilidad de reconocerlo. Que me haya permitido abrir los ojos.

Hay tantos que todavía no lo conocen…” 

 

 

 

 

“Por darme claridad, por mostrarme lo que en verdad me hace feliz”.

 

 

 

 

 

“Agradecer por todos los llamados que nos hace en nuestra vida. A la vida como el primero, a la alegría, a ser felices. Él nos ha creado para la felicidad, esto no es negociable. Si nos sentimos amados por Dios es todo lo que nos basta, no necesitamos nada más, esto de sentirnos amados por Él y habernos creado para la felicidad, eso es el acto más  grande de amor que pueden hacer por uno”.

 

 

“Estamos en un fin de semana largo, que podríamos estar haciendo cualquier cosa y estamos acá reunidos haciendo esta experiencia de formación para nuestros chicos y para nosotros también”.

“A pesar de que esto es gigante, que siga creciendo y que le llegue a todos los pibes del mundo. Porque esto para mí es qué se yo, algo mágico, ¡algo re zarpado! Yo lo viví, es muy pro. Para el que lo vive es muy zarpado, pero mal”.

 

 


Pediría por los jóvenes: por esos a los que no llegamos o llegamos tarde, para que los brazos de Dios sean más abiertos, para que podamos tener una Iglesia más abierta con los jóvenes y que sean los protagonistas de su vida, siempre interpelados por Dios.


 

“Acá yo veo cuando salgo al centro, en colectivo o caminando, hay mucha gente en situación de calle. Y no me gusta. Le pido que se pueda mejorar esa situación, que se pueda sanar”.

 

Mi petición: Quiero estar en el lugar donde no te conocen y donde pueda llevarte. En ese lugar donde Él quiera que esté. Si a mí Él me hizo feliz yo me imagino cuánta felicidad se le puede dar a otra persona dándole a conocer a Jesús.

Que todos puedan encontrarse con Jesús.

 

 

Pedirle por todos nosotros los animadores. Como que el rol del animador, si bien es un servicio, a veces cuesta un montón… Nosotros también necesitamos mucho de la oración y del acompañamiento. Quisiera pedirle eso: que nos acompañe y que también traiga a nuestras vidas otras personas que sepan acompañarnos.



Una reflexión final…

 

Elías piensa: “Nunca agradecí por ser como soy”

 

Y tras algunos otros comentarios, Javi cierra: “Un psicólogo dijo soy yo y mis circunstancias. Y mis circunstancias son lo que vivo en lo cotidiano. Y vos le preguntás a un salesiano qué vive en lo cotidiano y vive la felicidad. Vos le preguntás a alguien que encontró a Dios en su vida y vive la felicidad.

Nosotros como salesianos sabemos que encontramos la felicidad.”

 



Este artículo fue pensado originalmente para el Boletín Salesiano de Argentina.
Se puede leer un fragmento en la edición impresa.

Fotografía: Santiago Fernández Yurcho
Redacción: Luciana Caprini

Entrevistados:

Ramiro Fuentes Paz, misionero de Tucumán y servidor del encuentro.
Luciano Fernández, oratoriano de La Rioja.

Giovanna Pugliese, mallinista de San Juan.
Florencia Riveros, de la infancia y adolescencia misionera sanjuanina.

Bruno Mel, de la Compañía Oratoriana Miguel Magone de Rosario.
Elías Adjadj, camrevoquista de Santa Fe.

Sebastián Romagnoli, catequista y parte del Circo Trotamundos de Córdoba

Javier Martínez Jolsman, de Mallín y la “confi” formoseña.