Hemos celebrado un Año intenso, en el que la gracia de la misericordia se nos ha dado en abundancia. Como un viento impetuoso y saludable, la bondad y la misericordia se han esparcido por el mundo entero. La mirada amorosa de Dios, que de manera tan prolongada se ha posado sobre cada uno de nosotros, nos sigue haciendo sentir la necesidad de dar gracias al Señor y decirle: «Has sido bueno, Señor, con tu tierra […]. Has perdonado la culpa de tu pueblo» (Sal 85,2-3).”

Para el Nuevo año 2017 que pronto iniciaremos, nuestro Rector Mayor, de acuerdo con el Papa y toda la Iglesia, nos propone reflexionar sobre el tema de la familia: escuela de vida y amor. Y nos propone unos compromisos concretos en la misión de la Familia Salesiana a la luz del sistema preventivo de Don Bosco: “hacer del mundo una casa, como un gran patio familiar, de amigos, de formación de vida, de encuentro con Dios”.

Que podamos seguir creciendo en una mirada esperanzadora de nuestra misión en medio de los jóvenes y entre las familias. Que el Espíritu nos siga animando a una entrega generosa, como lo vivió nuestro padre Don Bosco.

A María Madre, le agradecemos todo lo vivido y le confiamos todo nuestro trabajo pastoral y nuestras expectativas para el próximo. Que Ella nos anime a hacernos cercanos para acompañar las distintas realidades familiares, a estar presentes para ayudar a construir y restaurar.
Mujer fuerte, atravesada por el dolor, Madre de la Esperanza, en esta hora en que iniciamos un tiempo nuevo, ¡Ven!, como lo hiciste al visitar a tu prima Isabel, ¡Ayúdanos!

Padre Gabriel Romero