Los animadores de los 13 oratorios que conforman la zona Centro de la Inspectoría Salesiana Argentina Norte compartieron un espacio de encuentro y formación.

 

Desde principio de año, incentivados y animados por el Equipo Inspectorial de Oratorios, referentes todos los oratorios de zona Centro comenzaron a reunirse en las distintas casas salesianas. Cada una de estas jornadas recibió el nombre de Encuentro Zonal de Oratorios y en ellas surgió la idea de un encuentro más grande y profundo.

 

 

La ocasión se concretó el día 30 de septiembre en el Instituto Domingo Savio de la Ciudad de Córdoba. Desde las 9 de la mañana, los animadores llegaron dispuestos a sumarse a la propuesta del equipo organizador, gestado en los EZO anteriores. Tras un espacio de cantos y animación, se realizó la presentación de los grupos y un momento de oración preparado por dos posnovicios salesianos que sirvió para poner en común la propia experiencia dentro del oratorio y rezarla.

 


«La presentación de cada oratorio se hizo con una canción muy original, particularmente pensada y soñada para el encuentro, lo cual es un gesto muy lindo porque nos sentimos pensados».


 

Acto seguido inició el primer taller sobre Espiritualidad Juvenil Salesiana (EJS), del que todos participaron. Luego el grupo se dividió en otros dos talleres más pequeños que abordaron algunos ejes de la EJS:

  • Espiritualidad de la vida cotidiana,
  • espiritualidad de la alegría y el optimismo,
  • espiritualidad de la amistad con el Señor Jesús y
  • espiritualidad de la comunión de la Iglesia

 

El almuerzo a la canasta plasmó lo que sucede cada sábado en las villas y barrios marginales donde hay salesianos trabajando. Cada uno pone lo suyo, como en las primeras comunidades, ofrece lo que tiene: Su tiempo, sus habilidades, su voz, su hombro, su atención.

En este clima transcurrió la siesta, previa al taller conclusivo sobre Espiritualidad del Salesiano responsable. El mismo consistió en un análisis de las realidades juveniles a partir de artículos periodísticos y en proponer respuestas concretas a las mismas desde la tarea del oratorio. Además, cada grupo mapeó la realidad de su propio barrio.

De manera simultánea, Fátima Quispe, Salesiana Cooperadora de la obra Pío X, brindó un taller para los acompañantes mayores.

 


Todos vamos a lo mismo

Cada uno de los talleres fue preparado por un grupo de animadores de los distintos oratorios, que traían un camino de reflexión y encuentro más personal.

El equipo:

  • Pablo Salinas – Oratorio Saltimbanqui
  • Antonella Cabral – Oratorio Juanito Bosco
  • María Berstchi – Oratorio Club de amigos
  • Ivi Argüello – Oratorio Valdocco
  • Paula De Biase – Oratorio Misión Valdocco
  • Lourdes Loyola – Casa Oratorio

 

«Es muy rico que los mismos chicos sean quienes animen estos espacios y que en ellos se traten temas complejos, difíciles de bajar a lo concreto y a lo cotidiano», dijo una de las coordinadoras del MJS del Colegio San Antonio de Padua, Córdoba.


 

 

Para continuar la jornada, la animación volvió a hacerse presente y los juegos oratorianos invitaron a «sentirnos niños otra vez», testimonió una joven participante.

Finalmente, la Eucaristía visibilizó la comunión entre los allí presentes y cerró un día pleno de salesianidad.

 

 


Caras nuevas

«Salir de lo que es mi oratorio y conocer otras realidades. A eso nos invita el oratorio.

Fue una experiencia muy muy linda, en los años que participo en el oratorio nunca la había vivido. Existen los encuentros a nivel MJS y cada grupo tiene sus propias instancias de formación y encuentro pero el oratorio no. Está bueno que el oratorio se anime a caminar en estas cosas que hacen muy bien y que potencian el espacio. Ademas de conocer gente nueva, nos nutrimos mutuamente. Nos interpela y nos anima a implementar cosas nuevas desde el ejemplo de los que ya pasaron o están viviendo experiencias similares.

 

Creo que lo que nos dejan estos encuentros es que vamos con el corazón en la mano, lo abrimos y conocemos gente distinta a nosotros pero que a la vez hace lo mismo. ¡Qué loco pensar que en la otra punta de Córdoba hay otro que hace lo mismo que yo y podemos sabernos juntos en esto!

 

Tenemos la necesidad, como salesianos y como oratorianos, de invitar al otro desde lo chiquito, desde las prácticas cotidianas de cada uno, a ser de una manera distinta. Ir sacándonos esas palabras que se nos imponen o que hacemos propias << No sirven para nada, qué van a hacer estos>> . Y nosotros, desde el conocer y saber que podemos hacer las cosas de una manera distinta, invitar al otro, que mi forma de ser lo interpele y lo invite a cambiar, a transformar su vida».

Belén Gisbert – SAP


 

 


Me llenó el alma

 

«El EZO renovó mis energías. Compartir charlas y sentimientos con animadores de otros oratorios me llenó el alma. El conocer realidades distintas me permitió salir de mi burbuja egoísta, analizar mi oratorio y analizarme como animadora. Y a partir de eso seguir caminando».

Camila Rivas, Oratorio Valdocco 


 


El Cristo en el que yo creo

«El momento más especial para mí fue en uno de los sub-talleres de EJS. En una actividad pudimos ver diferentes imágenes de Jesús, y teníamos que elegir cuál nos representaba de alguna forma.

Para mí fue especial, porque significó que Jesús no es solo el que nos dice la Biblia, sino que cada uno de nosotros vamos construyendo nuestra imagen de ese Jesús amigo, padre, hermano. Para mi fue un poco difícil quedarme con una sola imagen porque de a poco voy construyendo al Jesús en el que yo creo, que al fin al cabo es el mismo que el de todos».

Cielo Carballo, Oratorio Saltimbanqui