Santa Fe. Los días 14 y 15 de agosto se realizó en la casa “Ceferino Namuncurá” (Funes) el Encuentro de Casas de Formación. En ambas jornadas se contó con la presencia de más de 80 salesianos entre formandos y formadores de todo el norte de Argentina.

Pablo Pablo Ajalla y Gabriel Perotti nos cuentan cómo se vivió el encuentro:

La tarde de apostolado del sábado ya estaba terminando. Pero esta vez era diferente porque los hermanos novicios y los hermanos aspirantes y prenovicios de la comunidad de “Casa Emaús” de Bahía Blanca se hacían presentes en la entrada del “Cefe”. Ya se empezaban a respirar aires de encuentro fraterno. Después de los saludos, todos juntos compartieron una cena de bienvenida.
El domingo por la mañana se dispusieron para vivir la misa y después entre todos prepararon la “homilía para los niños” en las afueras del templo María Auxiliadora.
A lo largo de la mañana llegaron algunos tirocinantes y al mediodía los hermanos posnovicios. Los saludos y abrazos parecían interminables. Luego, se abrió la invitación para compartir el almuerzo. “Ya somos muchos” se escuchaba decir por ahí.
Empezó la tarde de juegos. Algunos con el ping-pong, otros con el metegol. La play no se hacía esperar y ya estaba instalada al frente de algunos que esperaban su turno en los campeonatos que se armaron. Un tiro al blanco fue objeto de mucha recreación. Algunos grupos, dispersos por el verde campo que rodea a la casa compartían anécdotas coloreadas con los mates que no podían faltar.
Se hicieron las 16. Llegaba la hora del futbol. Empezaron a desfilar por la casa los diversos conjuntos deportivos preparados ya para salir a la cancha. En 10 minutos se organizó un campeonato de 6 equipos con la consigna de que, en todos, tenía que estar al menos un chico de cada casa de formación. Así arrancó la tarde de deporte. En los alrededores de las canchas estaban los que optaron por no jugar pero sí por alentar y charlar, sumergidos entre mates que iban y venían. Una tarde de mucha fraternidad entre hermanos de una misma familia.
Luego la merienda y la Misa nocturna. El templo tenía un colorido muy distinto del que acostumbra a tener cada domingo. ¡Y SÍ! Estaban presentes todos los formandos que recorren el camino de decir sí en la entrega de su vida al Señor al estilo salesiano. Se respiraba alegría y juventud.
Un rato más tarde entraban por la avenida María Auxiliadora los hermanos del teologado de San Justo, Buenos Aires. A punto para unirse a la Adoración Eucarística preparada por los novicios en uno de los patios internos de la casa. De a poco fueron acercándose al Santísimo que ya estaba expuesto. Allí se generó un espacio profundo de silencio y también un rico y fraterno compartir.
Durante la cena, momento de encuentro enriquecido por las miles de anécdotas entre mesa y mesa, se dio la posibilidad, también, de que cada hermano se presente a los demás.
Después se repartieron diversos juegos de mesa y… ¡a jugar!
La mañana del lunes arrancó con una hermosa oración preparada por los posnovicios en la cual también se dió un espacio para compartir en profundidad. Y ni bien terminada, las camionetas ya estaban preparadas para partir hacia el Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás. En cada una de ellas se mezclaron formandos de todas las etapas formativas.
En San Nicolás se celebró la Misa presidida por el padre Juan Carlos De Pablo rodeado de los padres salesianos que acompañaban el encuentro.
A la vuelta, el almuerzo ya estaba listo. Un lechoncito ofrecido por la comunidad de Ferré. El comedor del “Cefe” estaba colmado, una vez más, de risas y anécdotas.
El futbol 11 no podía faltar. Por eso también fue protagonista en este encuentro un “partidazo” bien mezcladito y bien peleado que terminó en 2 a 2. Otra vez, los que no jugaron, alentaban desde los alrededores al tiempo que compartían charlas con mates y tererés.
Después llegó la merienda y, tras ella, la hora de partir para sus casas. Los primeros fueron los posnovicios. Después los hermanos de Casa Emaús y los estudiantes de teología. Los novicios se quedaron un rato más y a la noche compartieron la cena con los aspirantes y prenovicios.
Así llegaba a su final este encuentro fraterno anual de casas de formación. Linda posibilidad para reencontrarse como hermanos de una gran familia.

Texto: Pablo Ajalla – Gabriel Perotti
Fotos: Ismael Cáceres – Ambrosio Lipovec sdb