«Cuando queremos ser exploradores y empezamos a aprender como serlo, nos enseñan que sus pilares son: Dios, patria y hogar.

 

Ya sea que lo veamos en la forma triangular del emblema de caminantes/chispitas o en las puntas de la flor de liz, vemos en esos símbolos la importancia de tener a Dios como centro para ayudar a los demás, querer a la patria trabajando por la justicia y ser buenos, en primer lugar, en nuestro hogar donde comenzamos a construir el Reino de Dios.

 

Ahora bien, pocas cosas juntan esta triada de manera tan significativa como lo hacen los desfiles, pues en estos nos mostramos orgullosos de nuestro «siempre listo», de nuestro sí a Dios, nuestro amor por la patria y a la vez lo que nos hermana y nos distingue como movimiento.

 

 

Para mí eran todo un acontecimiento los desfiles allá en mi ciudad y es que, con el Batallón 75 Miguel Magone de Santiago del Estero, nos acoplábamos al desfile cívico-militar de la provincia y desfilábamos con varias agrupaciones que, al igual que nosotros, querían rendir homenaje a la patria y a quienes lucharon por nuestra libertad.

 

Al llegar al Córdoba, esa mística de los desfiles cobró otro sentido al toparme con una realidad más grande y de un compartir fraterno más propio por la cercanía con otros batallones, con chicos y chicas que, sábado a sábado, crecen con los mismos valores que nos inculcaron y que seguimos transmitiendo.

 

 

En la zona Centro participamos los batallones 11 y 57 de Córdoba Capital, el 31 de Alta Gracia, el 59 de Río Tercero y el que recientemente se está sumando a nosotros en esta fiesta del siempre listo: el batallón en formación de Río Segundo. Todos estos sin olvidar el color y la vida que nos brinda la Escuadra 13, también de la Ciudad de Córdoba, en cada fiesta que nos reúne, como el día del explorador, el 9 de julio o como en esta oportunidad, el 25 de mayo.

 

Este 25 la cita de la zona fue en Río Tercero, en el Ceferino Namuncurá, donde el dueño de casa, el Bata 59, nos estaba esperando con el desayuno para espabilarnos del viaje, ya despiertos tener el acto protocolar y salir por las calles aledañas del lugar.

 

Un rato después de lo previsto, con los contratiempos y demoras propios de un encuentro de ese tamaño, alrededor de 500 exploradores comenzamos la jornada acompañados de las bandas, las banderas, familias y vecinos que participaban, saludaban y se enorgullecían junto con nosotros de participar y colmaban el lugar.

 

Desfilamos por batallones. Al volver, comimos por batallones y luego de la animación que nos brindó el Bata 59 y la presentación de la murga del 57, ya no nos separamos por batallón/escuadra sino por etapas para jugar y pasar la tarde. Así chicos y chicas de distintos lugares y distintas realidades, que compartían el formarse bajo un mismo lema, bajo una misma meta, participaban de algo más grande que su grupo. Y es que, esa etapa que los hermana, el verse encuentro tras encuentro, hace que quienes tengan el corazón predispuesto y sientan la alegría de compartir se sientan realmente parte de una familia.

 

Con el corazón dispuesto para viajar y compartir y las ganas de mostrarse, rendimos homenaje a la patria todo el día. Pero también celebramos como familia exploradoril que se encuentra, que siente y hace lo mismo y que disfruta del compartir con el otro como también con el acompañamiento de familias de los propios chicos.

 


Es así que para cada explorador, cada batallón es su hogar. Un hogar que se mantiene caliente con el fuego que Dios encendió en nuestros corazones cuando hicimos la promesa.


Dios sigue siendo el centro de todo. Y lo celebramos y agradecemos lo vivido compartiendo una misa para volver llenos de su gracia y listos para un sábado a sábado con más conciencia de que somos algo mas grande y que, así como en la zona, en todo el país hay chicos que aún hoy eligen ser buenos cristianos y honrados ciudadanos.

 


Así, la base se mantiene fuerte y el exploradorismo sigue siendo exploradorismo, porque seguimos diciendo que estamos siempre listos para servir a Dios, la Patria y el Hogar.»


Darío Vivas, Coordinador de Baqueanos - Batallón 11 Gral. José María Paz, Córdoba.

 

 

¿Y por qué la importancia de la Patria?

 

 

«Patria porque el amor a Dios se manifiesta en el amor a la Patria, con su tierra, sus valores, sus tradiciones y su cultura.

Desde la ley de Honor (Art. 3): El Explorador ama, respeta y defiende a su Patria, por eso trabaja por la justicia. Trabaja constantemente para convertirla en el lugar donde todos tengan oportunidades de realizarse como hombres y cristianos.»

Elías Martínez, Orientador de Baqueanos - Batallón 9 Gral. M. M. de Güemes, Salta.

 

«De jóvenes agradecidos se esperan grandes cosas»

 

 

El sábado 26 de mayo, en el marco del festejo de cumpleaños del Batallón 55 de Formosa, fundado el 25 de mayo de 1949, se efectuó el cambio de nombre del batallón.

 

A comienzos del presente año, la comunidad de jefes del batallón 55 comenzó a movilizarse para poder realizar el cambio de nombre. Obteniendo las aprobaciones y autorizaciones del Consejo Ejecutivo Nacional (CEN), y del padre inspector Gabriel Romero, se procedió al cambio de nombre.

 

El batallón 55 de Formosa, desde el 26 mayo tiene por nombre: “Hermano Aníval Dellamea”.

 

Este acontecimiento quiere ser un gesto de gratitud, cariño y reconocimiento al hermano Aníval, quien desde hace 8 años acompaña a este batallón, compartiendo con la comunidad de jefes, los exploradores y sus familias, las actividades cotidianas, los eventos, las experiencias y los campamentos, como uno más de ellos.

 

Cabe destacar que el hermano Aníval también ha sido distinguido en el año 2015 por la Región Litoral de los Exploradores de Don Bosco, por su entrega como Capellán Regional y de varios batallones de la región.

 

Le damos gracias a Dios por el servicio del hermano Aníval, y le pedimos a la Auxiliadora por su salud.