La experiencia del Vengan y vean convocó a 24 jóvenes y 11 salesianos durante 3 días en la provincia de Córdoba.

24 jóvenes participaron de la experiencia Vengan y vean, propuesta por el equipo de animación vocacional y llevada a cabo en el Valle de la Inmaculada, en Córdoba, del 2 al 4 de septiembre.

«Señor, mostranos dónde vivís» le dicen a Jesús dos que lo seguían. «Vengan y lo verán», les responde. Y es una invitación a descubrirlo en el camino, en el andar, en el cotidiano, en el otro, en el rezo, también en el espejo.

Por eso, la dinámica del Vengan y Vean es de convivencia: intercalando momentos de oración, contemplación y reflexión, con otros de compartir comunitario y gratuito, recreación y diálogo. En todos ellos, la intención es presentar y motivar al acompañamiento personal, como también hacer experiencia de los valores de la Espiritualidad Juvenil Salesiana en el encuentro con Dios, con uno mismo y con los demás.

Los chicos llegaron de todas partes: Formosa, Fontana, Resistencia, Corrientes, Tucumán, San Juan, Eugenio Bustos, Mendoza, Concepción del Uruguay y La Rioja. También estuvieron presentes 11 salesianos, algunos del equipo vocacional y otros que viajaron con ellos desde sus casas para acompañarlos.

«En la vida salesiana, ven muchas formas de ser feliz»

Francisco Mansilla, posnovicio que acompañó la experiencia, remarca que en cada participante había mucha búsqueda interior, «mucha energía puesta en las preguntas que se hacen, en las ganas de responderlas». Las resonancias de los chicos son similares: «Me fui con más preguntas que respuestas«, dice uno. Y otro le contesta: «Sí, pero hay preguntas que quedaron ahí, no pensaba en cómo responderlas de inmediato».

«Me olvidé del celular, de la hora y de todo. Me centré en el disfrutar y en la armonía. Conocer las búsquedas del otro te hace redescubrir las propias: dónde estoy parado y hacia dónde voy… y ver que todos transitamos este camino hace tiempo, y lo hacemos de maneras diferentes».

Luciana Caprini