[vc_row][vc_column][vc_column_text]El sacerdote salesiano Pedro Luis Ronchino fue obispo de Comodoro Rivadavia durante más de 10 años. Falleció el 30 de junio de 2020 en Casa Zatti, Córdoba.[/vc_column_text][vc_column_text]
Monseñor Pedro Ronchino nació en Rosario (Santa Fe) el 18 de junio de 1928. Con 92 años de edad, 75 de profesión religiosa salesiana y 65 de sacerdote, murió sereno en manos de Dios el 30 de junio de 2020.
Hijo de inmigrantes italianos (Antonio Ronchino y Rosa Scapini), fue bautizado cuando tenía 11 días de vida en la Parroquia Santa Rosa de Lima, en Rosario. Recibió la Primera Comunión el 4 de octubre de 1936, a los 8 años, y la Confirmación el 28 de noviembre de 1937 en la Parroquia María Auxiliadora de su ciudad natal.
Ingresó por primera vez a la Obra Salesiana en el Colegio San José de Rosario, el 1 de abril de 1937. Realizó su aspirantado en Colonia Vignaud desde el 8 de febrero de 1940 hasta el 29 de enero de 1944. El 30 de enero de ese año comenzó su noviciado en Los Cóndores (Córdoba).
El 31 de enero de 1945, el joven Pedro Ronchino realizó su Primera Profesión en la Congregación Salesiana.
Entre 1944 y 1948 vivió la etapa del posnoviciado en Fortín Mercedes primero y luego en Colonia Vignaud. En esta misma casa permaneció durante su Tirocinio, hasta 1951.
La Profesión Perpetua tuvo lugar en la Casa Salesiana de La Trinidad, en Ferré (Buenos Aires) el 30 de enero de 1951.
[/vc_column_text][vc_column_text]El Estudiantado Teológico Clemente Villada de Córdoba recibió entre 1951 y 1954.
Fue ordenado sacerdote el 1° de agosto de 1954, en Córdoba, por manos de Monseñor Castellano.
Ese mismo año comenzó su especialización en Filosofía, en el Pontificio Ateneo Salesiano “Rebaudengo” de Turín, hasta diciembre de 1957. Allí recibió el título de doctor en Filosofía.
De regreso a Argentina, fue catequista, asistente y director en Colonia Vignaud (1958-1966). En febrero de 1966 asumió como director del Estudiantado Teológico Villada y dos años después, en el Posnoviciado Miguel Rúa.
En agosto de 1968 fue llamado al servicio de director en el Pontificio Ateneo Salesiano de Roma, teniendo como especial responsabilidad a los estudiantes de filosofía de esa institución. En 1971 regresó a Argentina, y fue destinado a la Comunidad del Pío X de Córdoba como Vicario Inspectorial, hasta 1975.
Del 5 de julio de 1975 hasta el 12 de septiembre de 1992 su nuevo campo de misión fue Comodoro Rivadavia, como Vicario General de la Diócesis, acompañando a Monseñor Argimiro Daniel Moure, también salesiano y tercer obispo de esa ciudad. Fallecido Monseñor Moure, el P. Pedro Ronchino fue nombrado Administrador diocesano (1992-1993), hasta su elección como obispo de Comodoro Rivadavia el 30 de enero de 1993 por Juan Pablo II.
Monseñor Ronchino tomó posesión de la sede el 19 de marzo de 1993; y renunció por edad el 19 de febrero de 2005. Su lema episcopal, «Oh María, madre mía», fue un fiel reflejo de su vida, totalmente entregada a la Virgen.
Desde mayo del 2005 vivió en su querido San José de Rosario, sirviendo fiel y denodadamente a todo aquel que se acercaba a la parroquia María Auxiliadora, o en las capellanías que atendía con gran responsabilidad. Nunca se negó a brindar su ayuda al pastor de Rosario que le solicitaba el servicio de confirmaciones, charlas, ejercicios espirituales o confesiones, tanto de instituciones religiosas, congregaciones, parroquias y movimientos católicos.
Su corazón de pastor no fue solo hacia afuera.
Vivió cotidianamente el servicio y la entrega a sus hermanos salesianos en el San José.
«Cuando lo veíamos rezar, nos inspiraba a ser mejores» cuenta algún hermano de comunidad.
Con los años, monseñor Pedro fue teniendo un desgaste en su salud, con un significativo deterioro neurológico. Esto llevó a la decisión de trasladarlo a la Enfermería Inspectorial de Casa Zatti en Córdoba. Llegó a este destino en el año 2016.
En la mañana del 1° de julio de 2020, el arzobispo de Córdoba Monseñor Carlos Ñáñez presidió la Celebración Eucarística para dar gracias por la vida plenamente entregada de Mons. Ronchino.
Invitamos a la Familia Salesiana, en comunión con toda la Iglesia, a rezar por su eterno descanso como así también agradecer a Dios por el testimonio de este hermano bueno y humilde, fiel testigo del Reino entre sus hermanos y Pastor entregado a su pueblo.
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