El Movimiento Juvenil Salesiano de la Ciudad de Salta compartió la experiencia I Becchi – Mornese 2018 entre el viernes 17 y el domingo 19 de agosto.

Entre las experiencias formativas que vivencia todo animador del MJS a lo largo de su camino como tal, el I Becchi debe ser, indudablemente, una de las primeras. Más aún, este retiro sirve para que los jóvenes que se van integrando a la vida de animadores se conozcan entre ellos e identifiquen posibles guías o compañeros mayores dentro de su mismo grupo u otros, en consonancia con la lógica que dirigió al Oratorio desde sus inicios: los más grandes se encargan de los más chicos y los introducen en la vida oratoriana. Tal como lo había visto Don Bosco en el sueño que constituyó el origen de su vocación: «Muchos corderos se transformaban en pastorcillos y, al crecer, cuidaban del resto del rebaño».

 

 

¿Y por qué se elige el I Becchi como experiencia que “abre la puerta” a la vida de animador?

San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en el caserío de I Becchi, Castelnuovo D´Asti, entre las colinas de Monferrato a 30 km de Turín. Por lo tanto, el nombre de la experiencia se sustenta en el contenido de la misma. Se trata de volver a mirar los orígenes de la vocación salesiana desde el primer momento, en aquel sueño de los 9 años.

 

 

En esta oportunidad, nuestros hermanos salteños han incorporado al título del retiro la palabra Mornese, que designa el lugar de nacimiento de Santa María Dominga Mazzarello (9 de mayo de 1837), co-fundadora de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora.

Esta decisión se tomó en pos de destacar la figura de Madre Mazzarello y a la vez marcó una característica particular: es la primera vez que el MJS local, conformado por el MJS del Colegio Ángel Zerda y el de la Escuela Ceferino Namuncurá, comparte un encuentro de este tipo con los grupos juveniles del Colegio María Auxiliadora.

“Si bien este colegio no posee un MJS formado todavía (caminan hacia eso) hay muchísima vida ahí. Está la Escuadra de Exploradoras y el GMMA (Grupo Misionero de María Auxiliadora)”, dijo Nicolás Martínez, coordinador del Movimiento local.

 

 

120 jóvenes, entre animados, talleristas, servidores, cocineros y coordinadores convivieron durante dos días un retiro cargado de actividades. La Celebración de la Eucaristía inició y finalizó el encuentro, marcando la centralidad de Jesús como quien nos congrega en su Nombre. Las animaciones masivas, los juegos nocturnos, las buenas noches y los talleres dieron identidad a esta fiesta salesiana. Finalmente, la charla con el P. Eduardo Meana fue el broche de oro para un fin de semana perfecto.

TESTIMONIOS

 

 


«En mi experiencia como animador del taller de salesianidad durante el encuentro formativo I’Becchi-Mornese, destaco principalmente la importancia de dar a  conocer a nuestros animadores nuestra propia espiritualidad, heredada de San Juan Bosco y posteriormente adoptada por Madre Mazarello (Main).

Durante el taller, fuimos conociendo de donde provienen todos nuestros valores espirituales y pedagógicos que forman lo que hoy conocemos como salesianidad. Para eso dividimos la infancia/adolescencia en tres momentos fundamentales: familia, sueños y acompañamiento.

Primero, descubriendo la importancia de los rasgos familiares en la infancia de Juanito y Main y como dichas experiencias en su niñez fueron influyendo en su vocación. También redescubriendo que al igual que nosotros, con realidades familiares distintas, llegaron al mismo fin u objetivo: salvar almas.

Luego pasamos a conocer como Díos en un sueño y una visión fue mostrándoles el camino a nuestros padres salesianos, mostrándoles virtudes y valores fundamentales para llevar a tantos chicos y chicas hacia Dios. 

Al finalizar el taller, conocimos a dos sacerdotes muy importantes: Calosso y Pestarino. Ambos fueron las personas que acompañaron a Juan y Main respectivamente hacia su vida consagrada. Fue tan importante este acompañamiento que les sirvió para luego poder replicarlo en tantos jóvenes que se encontraban en realidades sociales muy difíciles. Así nuestros queridos animadores pudieron destacar la importancia del acompañamiento en nuestras vidas.

De todo lo vivido y aprendido, me quedo con el entusiasmo que cada joven y adolescente tiene por conocer sobre nuestras raíces como salesianos y de este modo se van sintiendo acompañados de una manera más cercana por Jesús, sabiendo que vamos caminando al estilo de Don Bosco y de Main, al estilo SALESIANO… pero que dicho camino nos lleva hacia Dios, y eso tiene que ser el centro de nuestra espiritualidad salesiana y de nuestras vidas.»

Franco Madrigal – animador del Batallón de Exploradores Nº 9


 


«Fue una experiencia diferente a las que yo vivo siempre. En este caso me divertí mucho y no solo enseñe algunos juegos de magia sino que yo también aprendí de los chicos que fueron al taller. Me pareció una muy buena idea lo de incluir ese taller (magia) en el I Becchi ya que en años anteriores no se hacía eso. La experiencia como animador fue muy buena y ya me imagino como fue la de los chicos.Yo creo que este I Becchi – Mornesse estuvo tremendo.»

Emanuel Gasteli – animador del Oratorio Miguel Magone


 


«Para empezar, me resultó muy difícil participar de esta experiencia y estuve al borde de no poder ir por razones personales. Al llegar al colegio a hs 19:00 lo primero que se me vino a la cabeza fue que el I Becchi iba a ser aburrido, lleno de charlas repetitivas. Pero estaba equivocado. Fue una experiencia de vida inolvidable.

Todos los talleres tenian un tema uno distinto de otro y muy creativos, en los que podías expresarte y aprender de los demás. Sin duda, un recuerdo que voy a llevar en el corazón.

Algo que voy a resaltar mucho es la última actividad de Calosso, en la cual un grupo de chicos y yo pudimos compartir cosas de corazón, de verdad algo que me llego y voy a agradecer. Siento que con esta experiencia crecí como persona y oratoriano.»

Benjamín Guanuco – animador del Oratorio Ángel Zerda


 


Todo lo vivido en el encuentro I Becchi Mornese fue realmente inolvidable,desde las personas que conocí, jóvenes con una entrega impresionante a todo lo que hacen, hasta las cosas que aprendí, que espero me ayuden no sólo como animadora sino también en mi día a día.

Espero que muchos otros jóvenes sean llamados a ser animadores y tengan la oportunidad de vivir esta increíble experiencia.

Naya Ontiveros – animadora del GMMA (grupo misionero María Auxiliadora)