Transmitir a Dios a través de juegos y trucos es una de las tradiciones salesianas más divertidas y características del carisma. ¿Qué es para vos ser un saltimbanqui?

 

«Durante la primavera, especialmente en los días festivos, se juntaba el vecindario y no pocos forasteros. (…) Entretenía a todos con algunos juegos que yo mismo había aprendido de otros. En ferias y mercados, a menudo, aparecían charlatanes y saltimbanquis a quienes yo iba a ver. Observaba atentamente sus más pequeñas proezas; volvía después a casa y me ejercitaba hasta aprender y lograr hacer lo mismo que ellos. Imaginaos los golpes, revolcones, caídas y volteretas a que me exponía con cada prueba. ¿Alcanzaréis a creerlo? A mis once años hacía juegos de manos, realizaba el salto mortal, caminaba con las manos, saltaba y bailaba sobre la cuerda como un titiritero de profesión.»

Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales

 

La costumbre de entretener y divertir, antes o después del Ave María y la catequesis, se ha transmitido desde inicios de 1800 hasta nuestros días. Don Bosco saltimbanqui sigue presente, cada vez en más oratorios y circos sociales, que tienen la particularidad de acercar a Dios a los niños y niñas en lo que más aman: El juego.

 

Es que este Dios, que ama a todos los jóvenes, cabe solo en las cosas sencillas. Busca la manera de estar presente allí donde somos felices. Le gusta el patio y el ruido. Las risas, las correteadas, el bochinche de chicos yendo y viniendo. Las pelotas voladoras y el «pasamanos» del mate que genera el encuentro.

 

 

 

La experiencia Saltimbanqui, que se realiza a nivel zonal, quiere lograr que se contagie esta mirada de Jesús amigo, proporcionando herramientas concretas para la animación salesiana.

Previo a este encuentro, que tuvo lugar en Ferré (Buenos Aires) y Salta, del 4 al 10 de enero y de febrero, respectivamente, ya algunos palpitaban lo que vivirían durante aquellos días tan esperados. Una vez pasada la experiencia, también surgieron reflexiones sobre lo que implica «ser un saltimbanqui».

 

 

 

 


«Amigos/as que ya hicieron la experiencia me contaron que es muy linda y bueno, espero a que llegue el día para poder vivirla yo de la mano de Dios y aprender cosas nuevas para poner en práctica en los patios cuando empiecen las actividades. Además, espero poder conocer más y hacerme amigos también del resto de los chicos que viajan desde Tucumán. Creo que el vínculo es súper importante, porque tenemos en común lo que Don Bosco nos enseñó y es educar a los niños y jóvenes para que sean buenos cristianos y honrados ciudadanos.»

Juan, explorador de Tucumán y participante en la zona NOA.


 


¿Qué es ser un saltimbanqui?

Lo primero que se me viene a la cabeza es las personas con las que podés compartir esas experiencias. Por todo lo que conlleva el vivir lo mismo, pensar en el mismo futuro, orgullosos de las misma bases.

Es ser alguien que no tiene miedo a innovarse, que nunca agacha la cabeza y se rinde, es ser alguien que busca nuevas alternativas para poder seguir peleando por lo que quiere, es hacer aquello que contagia alegría, una alegría que la viven los demás y uno mismo juntos, no por separado, ser saltimbanqui es crear momentos y aliviar corazones.

Tomás Siliano, animador de Funes y tallerista del Saltimbanqui Litoral.


 

 

 


Por mi parte agradezco a todo el equipo de animadores por el servicio que prestaron, gracias a esta experiencia hoy estoy en Concepción con muchos ánimos de arrancar los grupos y de poder llevar a la práctica todas las herramientas que incorporé. Sumado a esto me llevo muchas personas que ya son como hermanos para mí y que me acompañaron a lo largo de todo el saltimbanqui y en mi proceso de formación como animador y persona.

Nicolás, animador y participante en la zona Litoral.


 

«Don Bosco pensó casa, patio, parroquia y escuela. Varios años más tarde, vos empezabas a caminar en tu grupo, en tu MJS, y animadores y animadoras te proponían y hacían vivir experiencia de esos 4 pilares. Creciste y te tocó empezar a animar, preparabas reuniones, buscabas juegos e ibas a encuentros de formación como el I Becchi o el Saltimbanqui.

 

Querías devolver algo de todo eso que te brindaron. Hoy, un poco más grande, sentís que te queda un último poco para dar y junto a un equipo muy lindo de personas pasan este verano planificando el Saltimbanqui de la zona NOA para que más chicos y chicas sigan haciendo experiencia de esa casa que acoge, ese patio para ser feliz, esa parroquia que evangeliza y esa escuela que educa. Hoy, verdaderamente te sentís salesiano y como tal, estas dispuesto a contribuir para que sus huellas se sigan caminando.»

 

 

Por: Luciana Caprini
Colaboraron:
Gastón Ibáñez - Andrea Carrillo - Nicolás Urquiza