Juan 12, 1-11: Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura

 

Estamos viviendo los días previos a la Pasión. El Evangelio de hoy lo precisa muy bien: “seis días antes de la fiesta judía”.

¿Pero qué significa esto para nosotros? Vale la pena señalar que, no es que conmemoremos estos hechos como quien desempolva un álbum de recuerdos familiares, sino que en la liturgia, por la fuerza del Espíritu, experimentamos su realidad y su energía salvadora.

¡Por eso es tan importante prepararnos para las celebraciones de esta Semana Santa!

En este día el Evangelio nos acerca la figura de Jesús mostrando su serenidad ante lo que le rodea, pero dando el valor justo a lo que ocurre a su alrededor. La mención a los pobres es una forma de hacernos caer en la cuenta de que en nuestras manos está la solidaridad para acompañar y aliviar a esos pobres con quienes Jesús siempre se ha identificado. Hoy nuestra adhesión se ha de manifestar en la solidaridad ante quienes desesperan o esperan nuestro reconocimiento como hijos predilectos de Dios a quienes hay que ayudar.

 

A partir de la escena del perfume, presente en el evangelio nos preguntamos:

¿Cómo huele la fe que hoy vivimos? ¿Huele a recinto cerrado, húmedo? ¿O huele al perfume de la libertad, de la alegría, de la entrega? ¿Hacia dónde se inclina la balanza?

 

Extraído de: Boosco.org/www