El Oratorio de verano que se realiza en los patios de «La Cefe» es organizado por jóvenes que participan activamente de los grupos juveniles, como también por una gran cantidad de chicos del barrio y animadores del «Ángel Zerda» que cada verano se suman a esta fiesta del Oratorio.

 

Este año el patio abrió sus puertas el 14 de Enero. De lunes a sábados, de 8 a 12 los talleres y la catequesis acompañaron los días hasta el 31, con la gran fiesta de nuestro padre Bosco. Ese día, como todos los años, se llevó a cabo un almuerzo familiar, en honor a nuestro santo, con todas las personas que nos acompañaron durante el Oratorio: 100 animadores, y alrededor de 400 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y padres.

 

 


 

Y como todos los años el Oratorio Ángel Zerda tuvo su “oratorio de verano” también, del 14 de enero al 2 de febrero, de lunes a viernes por la tarde y los sábados a la mañana. Participaron cerca de 300 niños y jóvenes entre 8 y 17 años, de distintos puntos de la ciudad, que compartieron juegos masivos, torneos de fútbol, básquet, y también campeonatos con los juego de la sala. Este 2019 se realizó además un gran pernoctada que contó con unos 100 participantes.

 


Todo esto fue posible gracias a la gran ayuda de los 27 animadores del oratorio (entre 15 y 22 años) y de los SDB Juan Pablo y Mauricio, quienes acompañaron hasta el último día.


 

También fue muy importante la colaboración de mucha gente que dono jugó y golosinas utilizadas cada día para el momento más especial de la tarde: «La charlita», que consiste en una pequeña catequesis o formación brindada a través de un cuento actuado y con una reflexión para los chicos.

 

 

«Fueron días agitados pero días que valieron la pena al ver la sonrisa de cada chico al partir, esperando al otro día con ansias para volver», dijo uno de los animadores.

 


 

Este verano, por primera vez el grupo «Chispa», dedicado a la pastoral juvenil carcelaria, realizó una colonia de vacaciones tres veces a la semana en el Centro de atención a jóvenes en conflicto con la ley. Alrededor de 30 jóvenes entre 13 y 17 años esperaban las mañanas de oratorio.

«Ese era nuestro objetivo, poder encontrarnos en ese patio con un Dios joven, alegre y bien salesiano.»

 

Durante el verano, el Grupo Chispa fue el único que visitó a los jóvenes, convencidos del lugar en el que debían y querían estar.

 

 


«Teníamos que seguir dándole ese Sí a Dios, de acompañar a los chicos, escucharlos, y que ellos sin saber, con una sonrisa nos iluminen el día.»


 

La colonia de verano culminó con un festejo por el día de Don Bosco, el 31 de enero. Compartiendo cosas ricas, jugando, rezando y preparando el corazón para un próximo encuentro.

 



Colaboraron en esta nota:

Andrea Carillo - Agus Gutierrez - Fede Zingone - Mili Gutiérrez