Monseñor Richard Gyhra, observador de la misión permanente de la Santa Sede en Ginebra, denunció en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que en Siria se están cometiendo “crímenes contra la humanidad que quedan impunes, entre ellos ataques diarios contra la población civil”.

Durante el conflicto en Siria –que en marzo cumplió cinco años– se registraron unos 270.000 muertos, alrededor de 4.500.000 de refugiados y unos 7.000.000 de desplazados internos, según los datos de las organizaciones internacionales.

Monseñor Gyhra señaló en su intervención que “los recientes acontecimientos que están sucediendo en Siria parecen reforzar el sentimiento de abandono ante una tragedia humana sin fin causada por la continuación del conflicto y el éxodo de los refugiados, el desprecio de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario”.

El observador de la Santa Sede señaló además que es urgente enviar ayuda humanitaria a la región e invitó a todas las partes a participar en el proceso de paz.

Explicó que “una dimensión crucial que debe ser observada en la construcción sostenible del proceso de paz es el respeto hacia una sociedad plural, en la que se reconozca a las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas un lugar como miembros de pleno derecho en la sociedad y el Estado sirio”.

“La supervivencia y el bienestar de estas minorías –señaló monseñor Gyhra– son la garantía de un Estado democrático, respetuoso de las diferencias”. Además, el retorno de los refugiados y los desplazados internos se vuelve “una condición esencial para la reconciliación, la reconstrucción y la sostenibilidad” en cualquier solución del conflicto.

Fuente: Aica