Don Bosco no murió, ¡está vivo! Cuántos salesianos hemos visto, cuántos salesianos y salesianas cargados de trabajo, hijos e hijas de Don Bosco… ¡Cuántos!… ¡que uno se impresiona!
…Don Bosco no ha muerto, ni va a morir nunca… pero,
¡porque tú lo llevas! ¡Porque si la semilla se acaba, no hay árbol!
Porque si en tu juventud cercana a todo joven que necesite no vibras, ante el corazón y el dolor de un joven, no eres joven, no eres Don Bosco!
Porque si no sufres, porque sufre el muchacho huérfano a quien encuentras una noche tirado cerca a cualquier alcantarilla, de cualquier ciudad… ¡no eres salesiano!
Si recuperas esa capacidad de ser niño, de ser muchacho, que tenía Don Bosco; o sea, la capacidad de amar, con la frescura del amor con que ama un muchacho… Entonces, ¡encontramos de nuevo a Don Bosco!…
Ojalá que nuestra vida siga por muchos años, todavía, sintiendo y recreando esa presencia de Don Bosco en el propio corazón, para poderle encontrar y ver también en nuestra vida cotidiana, como una herencia que nosotros vamos dejando, también, a los que nos sigan en este camino de la misión maravillosa que a Don Bosco le confío el Señor en
la historia… (P. Fernando Peraza Leal SDB)
#DeAndarJuntosSeTrata