En el marco de los festejos por el mes de María Auxiliadora, las tres casas salesianas salteñas realizaron un gesto solidario masivo y extendieron el oratorio a toda la ciudad.
Las comunidades de María Auxiliadora-Laura Vicuña, Ángel Zerda y Ceferino Namuncurá salieron del patio para llevarlo a las calles, la mañana del sábado 11 de mayo. Se realizaron tres jornadas oratorianas simultáneas en diferentes puntos de la ciudad con el objetivo de llevar lo propio de cada casa y el carisma a más lugares.
Según lo programado, la comunidad de María Auxiliadora y Laura Vicuña visitó el Parque de la Familia, el Ángel Zerda fue al Barrio Primera Junta y la Casa Ceferino Namuncurá, a la Escuela Hessling. Pero la invitación fue abierta a todos. Esto permitió un intercambio entre las comunidades que enriqueció el trabajo y lo hizo aún más divertido.
Los alumnos (sector escuelas) participaron desde otro lugar: Haciendo tarjetas, juntando donaciones, etc. Aunque varios se sintieron atraídos por la propuesta. Y no se perdieron la oportunidad de estar.
Viví un sábado diferente, tuve la oportunidad de compartir con personas muy buenas. No solo con mis amigas, sino también con personas nuevas que conocí y que aprendí mucho de ellas. Pude ver como muchos niños pintaban, saltaban, corrían y se divertían; sin olvidar como madres aprendían a tejer y acompañaban a sus hijos. Y lo más importante, logramos sacarles una hermosa sonrisa.
Preparamos una obra de Mamá María, nuestro objetivo era que la conozcan y sientan ese amor tan grande que sentimos nosotros por ella.
Aprendí que con pequeños detalles uno puede alegrar el día de un niño, joven o adulto. Fue una experiencia muy linda, que me gustaría vivir de nuevo.
Caterina Torres, Maria Auxiliadora-Laura Vicuña
Fue una experiencia de Paraíso.
Poder ver a la mayoría de los sectores de la casa representados (animadores y animadoras, docentes, papás, mamás, salesianas cooperadoras, los SDB, parte del CFP, ADMA) poniendo el cuerpo a una mañana fría por los niños, niñas y adolescentes de la zona fue realmente gratificante.
En lo personal, lo que coronó todo fue la imagen de María no sobre un altar o pedestal, sino sobre una mesa de madera adornada con un mantel rosa que trajo una mamá del barrio y una bufanda violeta de una animadora. Esa imagen, en medio de los chicos y las chicas.
«La Auxiliadora y su Hijo, en medio de la barriada, celebrando el inmenso Amor.»
Nicolás Martínez – Ángel Zerda
María nos llevó de vuelta al Patio. Vivimos y compartimos una hermosa jornada oratoriana.
El juego, el canto, la oración y el trabajo nos ayudaron a vivir una santidad alegre, cercana, familiar y juvenil.
Se me viene a la mente el sueño de los 9 años y ese Juanito que ya nos había soñado. Él nos muestra quién es la Maestra y el campo donde ser signos del amor de Dios.
Feliz de ver que tenemos juntos y somos parte de una comunidad que late al ritmo de Don Bosco… Nuestros jóvenes son un gran regalo… gracias!!!!
Seño Betiana Durand – Ceferino Namuncurá