El Día Mundial del Campo, celebración nacida en Argentina y replicada en el mundo entero, recordada hoy, es una fecha que busca concientizar acerca de la fuerza no solo productiva del agro, sino las formas, los cuidados necesarios de los suelos y la salud y provisión alimentaria de la población mundial.
Existe hoy una visión que resalta, con las sensibilidades actualmente válidas, fuertes acentuaciones ecológicas, en buena parte ideológicamente fundadas. Esta mirada hizo que la iglesia también, por admiración y contemplación de la naturaleza como obra de Dios y su cuidado encomendado que nace en las primeras páginas del Génesis, reflexione, piense y proponga líneas de acción concretas “ad intra”, para los bautizados, y “ad extra”, para todos los hombres de buena voluntad. En eso, el magisterio del Papa Francisco en la “Laudato Sì”, hace un fuerte llamado al hombre posmoderno a que cuide, proteja y haga un buen uso de los recursos de la madre Tierra.
Los salesianos, en particular en Argentina, fuimos pioneros, y actualmente con muchos laicos -importantes actores de la educación agraria- en varias obras que a lo largo del país, formaron y forman a los jóvenes del campo en la fe y el trabajo. No olvidemos además, que nuestra madre y Señora, la Auxiliadora, desde 1949 es patrona del Agro Argentino.
Los desafíos ecológicos planteados, las acciones emprendidas y el comprometido cuidado de la vida humana nos hacen ver al campo como algo más que simplemente, campo…
P. Julio Ramos sdb