Ya promediando este mes de noviembre queremos -como dice una linda oración- “dar un paso atrás” que nos “ayude a tomar una perspectiva mejor”. Miramos así el mes de Octubre misionero que vivimos, pero podemos hacerlo también con el año que va concluyendo. Continúa esta oración del Cardenal John Dearden: “El Reino no sólo está más allá de nuestros esfuerzos, sino incluso más allá de nuestra visión. Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.” Así, volviendo una mirada a lo vivido en este octubre misionero descubrimos “ecos” y “frutos” en nuestras comunidades de ARN y más allá.
Por ejemplo, en la Parroquia “San Juan Bosco” de la Casa Salesiana de Santa Fe un grupo de personas junto al Párroco y al Diácono durante los viernes del mes de octubre realizaron salidas misioneras a los puntos más alejados del territorio parroquial.
El sábado 19 de octubre tuvimos el encuentro virtual con misioneros y misioneras de ARN con la animación de Daiana Vergara, “salesiana de corazón”, ahora misionera del Proyecto Amazonía de la Iglesia Argentina. “Bautizados y enviados”, lema que tomábamos del Papa Francisco del 2019, nos ayudaba a compartir experiencias, inquietudes y encontrarnos como misioneros y misioneras de ARN.
También en este mes misionero, en la comunidad del Centro Juvenil Salesiano “Ceferino Namuncurá” de Río Tercero, Córdoba se vivió un momento muy profundo. Una persona del “Cefe” nos compartía estos ecos: “En una jornada llena de espiritualidad y devoción, recibimos las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús. A lo largo de la jornada, Oratorio, Exploradores y adultos pasaban por el altar y, a través de reflexiones y oración, acompañaban a la santa, en un momento significativo que unió a la comunidad. Esta visita hizo visibilizar su vida y su misión, inspirando a todos a reflexionar sobre su legado de entrega hacia los demás a través de la oración, siendo así patrona de las misiones”:
Además el jueves 31 tuvimos la reunión informativa sobre el Voluntariado Misionero Salesiano de Verano 2025 en donde junto a muchos jóvenes compartimos esta propuesta, lo que esperanza ver el interés de tantos chicos y chicas que quieren entregar “un verano distinto” al estilo salesiano y que vienen preparándose en sus comunidades locales.
Por último, y desde Angola, el Hno. Máximo Herrera sdb nos compartía que está trabajando en la fabricación de cocinas sustentables, proyecto que tiene como fin el cuidado de la casa común a través de la descarbonización. Las cocinas se llaman “EcoBosco”. Ser cuidadores de la casa común forma parte también de nuestra misión.
Quizás alguno sienta que la misión “no es lo suyo” o quizás estemos perdiendo el entusiasmo por la misión dada la altura del año u otras circunstancias. Papa Francisco describía actitudes como estas así: “¿Para qué me voy a privar de mis comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?”. Estos ecos y frutos del mes misionero, y otros tantos más “que no aparecen” nos dicen que sí vale la pena el empeño por la misión.
Por eso, y volviendo al inicio de estas líneas, para tomar una perspectiva mejor, y mirando el mes misionero y también este cierre de año, les propongo que juntos crezcamos en lo que Francisco llama “sentido de misterio” (ver Evangelii gaudium, nº 279, ¡buscalo!). Se trata de una certeza interior, de la convicción de que “Dios puede actuar en cualquier circunstancia”. Es una convicción que nos dice que “quien se ofrece y se entrega a Dios por amor seguramente será fecundo”, convicción que nos da la seguridad que daremos frutos, pero sin pretender saber cómo, ni dónde, ni cuándo. Esta certeza hace que ninguna entrega hecha por el Reino y los hermanos se pierde (“nada se pierde”) y llega a transformarse “para derramar bendiciones en otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos” (“todo se transforma”).
Agradeciendo estos ecos y frutos del mes misionero y toda la animación que se hizo en este mes, pidamos el Espíritu Santo volver a sentir el compromiso por la misión, por nuestra entrega cotidiana allí donde el Señor lo pida. Recemos por nuestro compromiso con la misión de la Iglesia. ¡Muchas gracias y saludos cordiales!
Hno. Juan Pablo Tobanelli sdb