El primer presencial del Proyecto de acompañamiento salesiano de jóvenes se desarrolló entre el 5 y el 10 de agosto en la Ciudad de Córdoba.

 

La Escuela de Acompañamiento es una experiencia que resulta de la suma de esfuerzos y trabajo de un equipo organizador integrado por Hijas de María Auxiliadora (HMA) y Salesianos de Don Bosco (SDB) referentes de cada una de las inspectorías salesianas de Argentina.

 

El domingo 5 de agosto se dio inicio a la primera etapa de este proyecto en Córdoba Capital. Participaron seis enviados de cada inspectoría de HMA (Argentina Buenos Aires, Argentina Bahía Blanca y Argentina Rosario) y SDB (Argentina Norte y Argentina Sur) junto al delegado de Pastoral Juvenil de Uruguay, sumando un total de 31 personas. Se prevé que para la próxima instancia a realizarse en febrero de 2019, se duplique la cantidad de referentes de las distintas inspectorías.

 

Esta formación continuará durante dos años en 4 presenciales. En cada uno de ellos se abordará un eje específico y se requerirá la presentación de un trabajo en torno al mismo.

 

En este sentido y dado el nivel de formación que podrá experimentarse en cada presencial, el director responsable de la implementación del Proyecto de acompañamiento salesiano de jóvenes P. Alejandro Musolino remarcó:

«Se ha firmado un convenio con UNISAL (Universidad Salesiana) que nos ofrece la convalidación de este proceso formativo como Diplomatura; agradecemos a la Universidad este gesto y el servicio que presta a la Argentina Salesiana.»

 

Andar Juntos

Los días arrancan a las 7 con la lectio de textos de la palabra de Dios en torno al acompañamiento. Desde las 8.30 hasta las 13 tenemos dos espacios para plantearnos el acompañamiento desde cinco ejes: el marco antropológico, teológico, psicológico, el sentido pastoral y la metodología del acompañamiento.

Por la tarde recuperamos los conocimientos para vivenciarlos desde las dinámicas de talleres experienciales. 

Aterrizamos la tarde en la celebración de la Eucaristía aprendiendo de Jesús, dando gracias por su compañía y la de tantos que nos ayudaron. Pedimos el don de la disponibilidad para dejarnos acompañar y la humildad para acompañar a otros.

Terminamos el día compartiendo por grupos de inspectoría las resonancias del día, intentando hacer síntesis de lo reflexionado y lo que nos va interpelando a nuestra propia vida y al servicio de acompañamiento.

 «Una experiencia muy buena de formación y de compartir de toda la Argentina salesiana»

P. Alejandro Musolino