El Museo Salesiano Padre Carmelo Sciullo, espacio dedicado a preservar la historia de la presencia salesiana en Formosa, presentó su pesebre 2025 inspirado en La Cueva de las Manos, sitio ubicado sobre el río Pinturas, en la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina.

Las manos, eje central de esta representación, remiten a los orígenes del arte y a la memoria colectiva de los primeros habitantes del continente, quienes dejaron allí su huella como un mensaje perdurable: “estuvimos aquí”. De este modo, el pesebre une el misterio del nacimiento de Jesús con la historia profunda de nuestra tierra.

La gruta fue realizada con la técnica de papel madera y busca recrear el lugar donde nació Jesús, adaptándolo a la cultura local. A la vez, constituye un sencillo homenaje a los primeros salesianos que llegaron a la Patagonia argentina hace 150 años, llevando el mensaje del amor de Cristo a esas tierras australes.

En la escena se observa a María, José y el Niño Jesús reunidos en torno al calor de una fogata encendida. Junto a ellos, una familia indígena ona —los más pobres entre los pobres— adora al recién nacido y ofrece lo más valioso que posee: piel de guanaco, suave, liviana y abrigada, para dar calor al Rey de Reyes.

También forman parte de la escena los padres Juan Cagliero y José Fagnano, primeros salesianos en llegar a la región más austral del mundo, quienes contemplan con amor el nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, en una noche que cambiaría la historia de la humanidad.

Alrededor de la Sagrada Familia se disponen cántaros y tinajas que representan a todos los seres humanos y recuerdan que “todos somos barro”, creados por un mismo alfarero: Dios. La escena se completa con una vegetación propia del paisaje patagónico, dominada por la estepa arbustiva característica de las zonas secas.

En una canasta, la Familia Salesiana de Argentina ofrece a María distintos signos de su trabajo en cada rincón del país: yerba mate Don Bosco, producida en San José (Misiones); quesillos frescos de  San Ambrosio, en Río Cuarto (Córdoba); vino de la cava Don Bosco, la más antigua de la Argentina, ubicada en Rodeo del Medio (Mendoza); y dulce de leche de los tambos de San Ambrosio, alimento nutritivo ofrecido al Niño Jesús.

Completan la escena un cincel, un martillo y maderas, signos de la laboriosidad de los hermanos coadjutores salesianos en las escuelas taller; y el cáliz y la estola, que expresan la dimensión misionera de la Congregación Salesiana a lo largo y ancho del territorio nacional.

El pesebre 2025 propone así una lectura profunda del nacimiento de Jesús, en diálogo con la historia, la cultura y la misión salesiana en nuestro país en el año en que conmemoramos los 150 años de la primera expedición misionera enviada por Don Bosco a la Argentina.