El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Pero ¿Qué se recuerda en realidad? ¿Es una fecha para celebrar? ¿De dónde viene esta memoria?

 

Su origen se remonta al 8 de marzo 1857, cuando en Nueva York, un grupo de trabajadoras textiles, cansadas de las precarias condiciones laborales organizaron una huelga. Fueron reprimidas por la policía, pero dos años más tarde, crearon el primer sindicato de mujeres para luchar por sus derechos. En 1910, evocando esta huelga, se aprobó en Dinamarca por unanimidad la creación de un día internacional de la mujer, sin gozar todavía de reconocimiento mundial.

 

También un 8 de marzo pero de 1908, unas 15000 mujeres se manifestaron en las calles neoyorquinas exigiendo la disminución de las 12 horas de trabajo, el aumentos de los sueldos, el derecho a votar y el fin del trabajo infantil, pero no fueron escuchadas. Tres años después, 146 personas murieron en el incendio de una fábrica textil, debido a las inhumanas condiciones en las que trabajaban. 129 de estas víctimas eran mujeres jóvenes inmigrantes.

 

Esta tragedia continuó movilizando a las mujeres en diversos países exigiendo igualdad de derechos. Fue hasta 1975 cuando la ONU declaró oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, conmemorando la lucha de estas por su participación dentro de la sociedad y por su desarrollo íntegro como personas.

 

En 1852, tan solo cinco años antes de la primera manifestación femenina en Nueva York, Don Bosco firmaba en Italia los primeros contratos laborales buscando los mismos derechos que aquellas mujeres para proteger a los jóvenes de las condiciones indignas a las que los sometían sus patrones. Desde nuestros orígenes fundacionales está en el ADN salesiano el valor de la vida y la promoción de la dignidad.

 

Nuestro carisma es un regalo para la Iglesia pero también para la sociedad. La promoción, protección y educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes nos compromete a ser también nosotros buenos cristianos y honrados ciudadanos. Por eso no podemos desligarnos de la cruda realidad que viven las mujeres a nuestro alrededor. A pesar de los años, los logros y las oficializaciones, aún perduran las situaciones de violencia y opresión. En Argentina la desigualdad se manifiesta en lo laboral y en lo económico, pero las cifras que más duelen son las referidas a la violencia de género. En lo que va del año 68 mujeres fueron asesinadas por su condición sexual en situaciones de violencia ejercida por varones, en la mayoría de los casos por la pareja o la expareja de la víctima.

 

El #8M amerita que nos detengamos a reflexionar sobre las causas que generan las desigualdades y violencias hacia las mujeres. Tenemos que ser conscientes de cuántas veces hemos sido cómplices con pequeñas actitudes o con grandes estructuras. Este domingo habrá numerosas manifestaciones en todo el país y el mundo. Muchas mujeres jóvenes, animadoras, estudiantes, trabajadoras, madres, abuelas y niñas estarán presentes en las calles. Cómo salesianas y salesianos es una oportunidad más para tener el oído atento, escuchar, comprender, acompañar y comprometernos en sus búsquedas. Sólo así podremos construir una Iglesia y una sociedad rica en equidad como la soñó Jesús, como la soñaron Don Bosco y Madre Mazzarello.

 

La siguiente canción es una invitación a sumar nuestro grito al de ellas en oración a Dios, confiados y comprometidos con su causa, agradecidas por el ejemplo de tantas mujeres caminantes.

 

 

Equipo Inspectorial de Comunicación Social ARN