La experiencia de la cruz de Jesús nos presenta el dolor y la muerte como consecuencia de su práctica y su modo de vida que molestaba a varios. Nos invita a la reflexión y aunque está cargada de sentido, en general suele contemplarse desde el silencio, desde la “no Palabra”. Es el silenciamiento y el abajamiento más grande que puede hacer Dios, la misma muerte del Hijo de Dios, difícil de comprender y asumirlo amigablemente.
En el acontecimiento de la Cruz, Jesús pronunció siete frases que nos pueden acompañar en estos días de camino cuaresmal a hacer que nuestra vida valga la pena y tenga más sentido.
2. “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso ” (Lc. 23,43)
Jesús está crucificado, todavía vivo. A ambos lados se encuentran cumpliendo su violenta y “justa” condena a los ojos de los hombres otras dos personas que habían robado. Momentos duros, límite para cualquier ser humano. En ese contexto Jesús dice esas palabras a uno de ellos que se pensaba indigno de recibir amor y perdón.
La promesa que expresa la frase de Jesus puede tener que ver con con lo que solemos imaginarnos con el “cielo”: la vida eterna en la presencia de Dios. Quizás está asociada más al reconocimiento por llevar una vida justa, orientada hacia el bien de los demás. Recordemos la enseñanza de la parábola del rico y pobre Lázaro (Lc 16, 19-31). Parece un llamado de atención para reconocernos en deuda siempre con el otro, con el que necesita de nuestra compasión y compromiso (a veces también podes ser vos mismo el que necesitas mirarte desde ahí).
Expresiones como “cielo”, “paraíso”, “más allá” suelen tener una carga de premio, de belleza, suerte, retribución, justicia, etc. Valga la memoria de solo algunas expresiones frecuentes:
- “Si quieres ir al paraíso, (cielo) tenés que portarte bien”.
- “Mi mamá siempre dice que la gente buena va al cielo y que la gente mala, al infierno”.
- “Cada vez te veo, te veo más hermosa, sos mi cielo,”.
- “Podes elegir vivir el cielo o el infierno, ya aquí en la tierra”.
- “Caminar por la calle sin estar expuesto a ningún tipo de peligro ni violencia es el paraíso”.
- “Jorge siempre dice que el paraíso es un país sin pobreza ni corrupción”.
Como sea, esa frase de Jesus, en ese contexto y con esa persona en particular nos habilita a preguntarnos sobre nuestra idea de paraíso, de justicia, de perdón, de mérito. ¿Cómo funcionará la Justicia que está en manos de un Dios misericordioso?
Para mirarte y mirarnos…
- ¿Crees que Dios te creó para amarte? ¿Cuántas oportunidades tuviste para volver con Él? ¿Podés hacer memoria de algunas?
- Jesús no tiene en cuenta tus muchos y variados pecados. ¿Crees que su amor te puede sanar y ayudarte a vivir una vida que valga la pena?
- Para salvarnos, nos toca poner algo de nuestra parte, aunque no todo es cuestión de merecerlo. Todos y todas somos merecedores de amor ¿Te imaginas un Dios que esté esperando perdonarte cuando lo merezcas? ¿Te reconoces muy pendiente de que los demás valoren tu esfuerzo?
- Cuando vos decís cielo (paraíso)… ¿Qué te imaginas, con quién o quienes te vas a encontrar? ¿Te parece que es un regalo gratuito, o que lo tenés que ganar?
Solo Dios conoce las reales y profundas motivaciones al hacer lo que hacemos y porque lo hacemos. Tratá de vivir el día con intensidad y pasión; que al fin de tu jornada sientas que pusiste todo de vos.
Por: P. Javier Bonechi SDB