Durante la celebración, el padre Horacio Barbieri SDB compartió su alegría por la concreción del proyecto: “Estoy muy contento de este momento de inauguración, de disfrutar de este lugar junto con todos ustedes”, expresó.

Destacó también el valor educativo de una residencia universitaria salesiana, al afirmar que “la educación no sólo pasa por los ambientes formales. […] La residencia ofrece una propuesta de acompañamiento en una etapa muy especial de la vida, en la que los jóvenes van ganando autonomía, creando nuevos vínculos y afirmándose en su vocación”.

El Inspector subrayó el carácter único de este proyecto dentro de la Inspectoría: “Tenemos 36 casas salesianas en distintas provincias, pero esta particularmente tiene una originalidad, una particularidad de este tipo de educación que no está presente en ninguna de las otras casas”.

Sobre todo, una comunidad
Uno de los residentes tomó la palabra para compartir su testimonio, agradeciendo a los coordinadores y al equipo que acompaña el día a día de la casa:
“La mayoría de los chicos que venimos somos de otras provincias o del interior, y llegamos solos, sin familiares ni amigos. En la RUS encontré amistad, hermandad y guía. Es algo que valoro muchísimo”, relató con emoción.

También hizo referencia al proceso de crecimiento de las instalaciones y al fortalecimiento del vínculo entre los residentes de las distintas casas: “La idea de que seamos todos una familia está bien marcada”, afirmó.

Una historia de sueños y perseverancia
El padre Adrián Botta, director de la Casa Pío X, recordó que la idea de una nueva residencia circula desde hace más de una década, y que el camino hacia su concreción pasó por diversas etapas, alternativas y decisiones institucionales. Agradeció especialmente a quienes acompañaron el proyecto en los últimos años, destacando el esfuerzo de cada comunidad y equipo de trabajo: “Cada salesiano que ha acompañado la RUS se ha preocupado para que la construcción sea significativa”, expresó.

Finalmente, el hermano Nelson Mannucci, responsable de la RUS, expresó su gratitud a todas las personas que hicieron posible este logro: “Celebramos hoy la inauguración y bendición de una nueva instalación, un sueño hecho realidad que marca un hito en nuestra comunidad”.

Reconoció el compromiso de quienes pensaron, construyeron y sostienen este espacio, y puso el foco en el sentido más profundo del proyecto: “Estas nuevas instalaciones no son solo ladrillos. Son un espacio renovado para afrontar los desafíos del presente y construir el futuro con esperanza”.

En un emotivo cierre, reafirmó la centralidad de los jóvenes en la misión salesiana: “Ustedes, queridos residentes, son la razón de ser de esta casa. Confiamos en que, formados en los valores salesianos, serán líderes comprometidos, ciudadanos responsables y agentes de cambio positivo”.

La ceremonia concluyó con la bendición de las instalaciones, encomendando este nuevo tiempo a la protección de María Auxiliadora y bajo el lema del Aguinaldo 2025: “Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”.