El Saltimbanqui del Centro se realizó en Unquillo, Córdoba, entre el 11 y 15 de enero. Fue el reencuentro y el abrazo esperado por los y las jóvenes de toda la zona, cuya última experiencia formativa de verano se había desarrollado en enero de 2020. 

Esta vez, participaron más de 40 personas y se sumaron jóvenes de Colonia Vignaud y San Ambrosio. Ambas casas cuentan con MJS que están comenzando a caminar o reconfigurándose. En las escuelas agrotécnicas campo adentro, la realidad es diferente, ya que “el patio” sucede todo el tiempo. Por ese motivo, los apostolados son distintos, los grupos manejan otros horarios y es una verdadera alegría este acercamiento al resto de los MJS.

Además, la experiencia estuvo atravesada por una mirada más consciente y respetuosa de la Creación. Los vínculos y las formas de comunicación del mundo actual fueron otros ejes que guiaron las jornadas. A través de las materias de “Animación responsable” y “Jóvenes e Iglesia” los animadores volvieron a las raíces del carisma y de la fe. Y como no podía faltar, el arte circense estuvo ahí, entre piruetas y malabares.

Otra particularidad es que se encontraron varias generaciones de animadores. Las edades iban desde los 16 hasta los 23, lo que les permitió abrazarse en la diversidad y compartir diferentes vivencias según el momento de la vida que atraviesan. Para Sofía, sus compañeros y compañeras saltimbanquis “han sido un signo de amor en cada momento y en cada gesto”.

Los agradecimientos no se hicieron esperar. Con la alegría y gratitud por lo vivido, estos saltimbanquis regresaron a sus comunidades, donde aún les esperan algunos oratorios para cerrar el verano salesiano.