La Rioja. El Hermano Coadjutor Ariel Fresia dictó dos talleres titulados: “Sínodo 2018 Carta de los jóvenes a las iglesias” y “Aportes para una planificación de equipos diocesanos y parroquiales”, el viernes 15 y sábado 16 de junio en el convento de Santo Domingo.
Sínodo 2018: Carta de los jóvenes a las iglesias
El viernes 15 inició el primer taller sobre los jóvenes, desde la perspectiva del Documento Preparatorio para la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
El texto plantea como finalidad interrogarse sobre como acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud, hacerlos protagonistas, especialmente a los pobres, marginados y excluidos y pedir su ayuda en identificar las modalidades más eficaces para anunciar la Buena Noticia hoy.
En base a estos puntos, el Hno. Ariel Fresia (SDB) invitó a los presentes a reflexionar, en una primera instancia, sobre la concepción personal y social que se tiene de la juventud, hoy considerada como personas de entre 15 y 29 años. Sin embargo, el salesiano remarcó que la delimitación de lo que se entiende por juventud corresponde a una construcción social hecha en una época dada.
Posteriormente, los asistentes fueron invitados pensar en los “tipos de jóvenes” que se encuentran en la pastoral juvenil y en las comunidades, incluso reconociéndose a sí mismos como miembros.
Los tipos de jóvenes para el Hno. Ariel son:
- Jóvenes convertidos: aquellos que desde una experiencia fuerte con Dios cambian sus vidas pero no admiten otros estilos de vida y de creencia, solo toman como válida su propia experiencia y vivencia espiritual.
- Jóvenes practicantes: aquellos que practican su fe de manera constante, mediante los sacramentos y todo lo que hace a una vida espiritual y de fe.
- Jóvenes errantes: aquellos que van y vienen de un lugar a otro, son los que están siempre en camino, llegan a un lugar pero nunca se quedan, siempre están en búsqueda.
Del trabajo en equipo surgió la necesidad latente de reformar las estructuras de los proyectos pastorales, sean vocacionales o juveniles, que dejan fuera a aquellos jóvenes errantes, o los incluyen pero en la medida en que vayan respondiendo a los requerimientos de esas mismas estructuras (las formas de vestirse, el comportamiento, lo que es adecuado y lo que no, etc.).
“Muchas veces creer en los jóvenes forma parte de los discursos de los mayores, pero en el momento de planificar proyectos que tienen que ver con ellos, no se ve reflejada esa confianza”, expresó Ariel.
El taller continuó el sábado por la tarde con el tema “la integración y discernimiento de procesos vitales”. Sobre ello, el Hno. Ariel aseguró que los jóvenes tienen distintas formas de creer y que muchas veces se ven en discrepancias porque no corresponden a formas institucionalizadas del creer (los modos de rezar, por ejemplo, o lo solemne frente a la alegría y la festividad con que la juventud vive cada momento).
La petición del disertante fue que seamos capaces de “DESCUBRIR LA SEMILLA DEL VERBO EN LOS JOVENES, PARTIENDO DE LA BASE DE QUE DIOS MISMO ESTÁ EN CADA UNO DE ELLOS”.
“Reconocer en los signos, en las gestualidades y en las modalidades juveniles de encuentro y vinculación y comunicación en sistemas estructurados y altamente formalizados (como la escuela y la parroquia) implica mirar ‘más allá’ o ‘mirar lejos’ de nuestro pequeño mundo, de nuestros intereses y seguridades, de nuestras reglas y tradiciones para descubrir la presencia de Dios en los jóvenes ‘en la situación en la que se encuentran’ y reconocer el Misterio y lo Santo en ellos, Sacramento de Dios para nosotros”.
Finalmente, el Hermano Ariel se refirió a la “reversibilidad e irreversibilidad” de los procesos decisionales en cuanto a la vocación. En el documento preparatorio del Sínodo, se establece la reversibilidad a las cuestiones referidas al ámbito del trabajo, la profesión y las relaciones afectivas; pero la irreversibilidad está dada exclusivamente a lo que se refiere a toda decisión vocacional (elecciones definitivas).
En este punto, difícil de tratar por cierto, el Hno. Ariel cuestionó la posición anterior. Afirmó que, muchas veces, este tipo de posturas habla de las inseguridades que generan los cambios y los movimientos continuos de los tiempos. Ante ellas se crea una visión que constantemente necesita poner nombre a las cosas y “encasillar”, establecer definitivos. Y agregó:
“La muerte es lo único irreversible en nuestra vida terrena”.
Aportes para una planificación
de equipos diocesanos y parroquiales
El sábado por la mañana, “compartimos momentos y experiencias con diferentes grupos de la diócesis, entre ellos, Cáritas, parroquias, catequesis, grupos e instituciones juveniles, etc. Un espacio sumamente necesario para la planificación de todo lo que hace al servicio dentro de la Iglesia, no solo con jóvenes sino en los diferentes ámbitos de trabajo dentro de ella. En él se enseñó el modo de identificar la realidad y con ella, los problemas que más nos afectan (…) para generar aquellos cambios necesarios.
Para esto el Hno. Ariel Fresia facilitó a los presentes un material que consta de tres etapas que hacen a la planificación: “Ver, Juzgar y Actuar”, para aplicarlos a nuestros ámbitos de trabajo.”
Testimonio de Eugenia - Pastoral Juvenil de La Rioja