Durante el último fin de semana, la Casa Salesiana Pío X de Córdoba se llenó de la gracia del Espíritu Santo con la Vigilia de Pentecostés, una experiencia que reunió a más de 90 chicos y chicas.
Matías Bustos, Francisco Papasidero y Santiago Di Siervi, posnovicios que acompañan la obra salesiana del Pío X, compartieron cómo surgió esta propuesta:
“La Vigilia surge del deseo profundo de comunicar la experiencia del Espíritu Santo a otros jóvenes.(…) Queríamos que no quedara solo en palabras, en algo racional o pensado, sino que fuera una experiencia viva, algo que estuviera ocurriendo ahí mismo, que se sintiera en el cuerpo, que atravesara todas las dimensiones de la persona”.
Ante este desafío, surgió la idea de hacerlo a través del arte. A través de distintas salas inmersivas los jóvenes se encontraron con diferentes imágenes del Espíritu Santo: el Espíritu como fuego, como agua y como brisa.
Estas imágenes no eran sólo símbolos, sino que iluminaban momentos existenciales y cuestionamientos profundos. Lo hacían a través de la Palabra de Dios, de testimonios de otros jóvenes, de fotografías de apostolados y obras salesianas, de canciones, sonidos, luces, colores y múltiples sensaciones. Todo pensado para que esa presencia del Espíritu se pudiera experimentar en todos los sentidos.
La vigilia también incluyó momentos de vida comunitaria, de compartir resonancias de lo vivido, de conocerse. Fue una propuesta abierta, no solo para los jóvenes vinculados a la Pastoral Juvenil Salesiana de la casa, sino para todos los que quisieran participar. En ese sentido, fue una experiencia muy libre, pensada desde el deseo de vivir la diversidad como una riqueza, esa diversidad que el mismo Espíritu une y que nos hace comunidad e Iglesia.
Uno de los momentos más intensos fue la adoración con el Santísimo expuesto. A través de cantos, música y peticiones libres, se vivió un clima de profunda acción de gracias, alabanza y gratitud por tanto recibido.
La noche cerró con unas ricas pizzas, canciones y un momento de buenas noches compartido. Todo se dio en un ambiente de mucha fe, fraternidad y ganas de sentirnos parte de algo más grande.
Agradecemos a Dios por la generosidad y el compromiso de todos los que hicieron posible la Vigilia: posnovicios, salesianos, a la parroquia, al equipo de cocina, y a cada joven que se animó a vivir esta experiencia de comunidad, Iglesia y Espíritu.
Con la colaboración de Matías Bustos, Francisco Papasidero y Santiago Di Siervi.