Del 25 al 26 de septiembre se llevó a cabo en Buenos Aires el Encuentro de Administradores 2025, con la participación de más de 30 administradores de nuestra Inspectoría, junto al equipo del Economato Inspectorial y el Ecónomo Inspectorial, P. Roberto Camusso.

Un año especial, un encuentro distinto

En este año tan significativo, en el que celebramos los 150 años de la llegada de los primeros misioneros salesianos a la Argentina, se propuso una modalidad diferente a la habitual. En sintonía con la invitación de la Iglesia a peregrinar, los participantes recorrieron algunos de los lugares salesianos más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires, donde la misión logró hacerse vida en medio de dificultades y grandes desafíos, pero también con una profunda esperanza.

El espacio de encuentro tuvo como sede la Casa de Retiros Domingo Savio, en Ramos Mejía, desde donde se organizaron las distintas instancias de la experiencia. Durante la jornada del viernes, los administradores reflexionaron  sobre el Plan de Solidaridad a la luz de la parábola del Buen Samaritano: “vio y se conmovió”. La invitación fue pensar el propio servicio a la misión desde un corazón abierto, capaz de conmoverse y ponerse en acción, acompañando la vida de nuestras comunidades con espíritu fraterno y solidario.

La experiencia estuvo marcada por lo emotivo de volver a las raíces de la misión salesiana. Así lo expresó Andrés, uno de los participantes:

“Llevo 30 años en la casa salesiana y me conmovió profundamente caminar y conocer las primeras casas salesianas de Argentina y conocer más a fondo su historia. Cuando nos contaron que la imagen de María Auxiliadora en la Basílica de Almagro está bendecida por el mismo Don Bosco, me emocioné mucho. Y así, con las historias de Cagliero, Ceferino y tantas anécdotas más”.

El clima fraterno y de comunión se reflejó también en la reflexión compartida:

“El viernes nos centramos en la mirada solidaria de quien ve, se conmueve… y hace algo. Se pone en acción, comparte y sale de su zona de confort. Poder vernos todos como hermanos salesianos, que cuidamos juntos el sueño de Don Bosco, aun estando en distintos países, ciudades o casas. Vernos, conmovernos y compartir”.

El encuentro fue una oportunidad para revivir la memoria agradecida de los comienzos y renovar el compromiso de cada administrador en cuidar y sostener la obra de Don Bosco, haciendo vida su carisma desde la tarea cotidiana al servicio de nuestras comunidades.