A través del proyecto Amarrando Redes de Solidaridad, la comunidad salesiana de La Rioja busca seguir creciendo en el acompañamiento de la juventud más vulnerada.
La Oficina de Planificación y Desarrollo Inspectorial (OPD) impulsa por noveno año consecutivo el proyecto Amarrando Redes de Solidaridad, cuyo objetivo es promover este valor entre las casas salesianas y crear una verdadera red de ayuda que favorezca principalmente a las presencias más carenciadas de Argentina Norte.
En una primera etapa, llamada de sensibilización, se invita a los colegios y demás centros pertenecientes a la Obra de Don Bosco a sumarse a esta iniciativa mediante la difusión de un video que presenta a alguna de las casas que resultarán beneficiarias de lo recaudado.
La manera de colaborar es muy simple: consiste en un aporte mensual de cada familia (opcional) que se abona junto a la cuota escolar. Este monto es separado y sumado a la contribución de todas las obras que participan. Finalmente se distribuye entre los centros designados, para fortalecer las propuestas educativo-pastorales que acompañan a niños, jóvenes y adultos en situaciones de riesgo.
En el video realizado para este 2020, se eligió la presencia de salesiana de La Rioja; una comunidad muy especial, por ser la más nueva en Argentina, que llegó para transformar la vida de muchos niños, niñas y jóvenes y presentarles al Dios que los ama infinitamente.
«La tierra y la gente abrió sus brazos y nos recibieron. Los caminos se fueron marcando mate a mate, charla a charla. Fuimos encontrando nuestro lugar y buscando junto a los y las jóvenes dónde ellos querían estar. Luego fue escuchar, abrir las puertas, caminar las calles, y dejar que ellos y ellas sean los protagonistas.
La presencia salesiana en La Rioja está cumpliendo tres años. El carisma llego a la diócesis, tierra de mártires, con la intención de conocer las riquezas de la cultura y aprender de ella para trabajar con el pueblo con una especial atención en las necesidades de los jóvenes. Monseñor Angelleli solía aconsejar a las agentes de pastoral que querían sumarse a su labor: «Visiten cada casa y vean por qué ríen, por qué lloran, por qué trabajan, por qué no trabajan, por qué comen, por qué no comen, sáquenle el alma al palo. Y una vez que se la hayan sacado, ni adelante ni atrás, junto a ellos, comiencen a caminar y a planificar y ver qué quieren hacer». Ese fue nuestro proyecto desde el inicio y queremos que lo siga siendo.»
Testimonio de Gabriel, salesiano en La Rioja