El sábado 6 de septiembre, en la Parroquia San Juan Bosco de Curuzú Cuatiá (Corrientes), el salesiano Mauricio Calgaro sdb recibió la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Alejandro Musolino.
La celebración reunió a familiares, amigos y comunidades de distintos puntos del país que colmaron la parroquia para acompañar a Mauricio en este momento tan especial. Bajo el lema “Alcanzado por su ternura, viviré para anunciarla” (Lucas 15,20), la ceremonia fue vivida en un clima de alegría y fraternidad.
Con emoción, Mauricio compartió una reflexión inspirada en su lema elegido:
“Luego de haber sido alcanzado por la ternura de Dios, ya nada vuelve a ser igual. Su abrazo de compasión se cuela por las grietas más frágiles de la vida y permanece allí, justo donde más lo necesitábamos. No llega con estrepitoso ruido, ni haciendo alarde, ni con reproches, sino con la paciencia de quien conoce nuestros pequeños y frágiles “sí” y, aun así, nos llama por nuestro nombre.
La ternura es el amor que rescata de la soledad, que nos levanta cuando la tristeza se vuelve demasiado pesada y que nos recuerda, una y otra vez, que somos valiosos sin condiciones.
Y entonces, ¿qué hacer con semejante regalo? Guardarlo solo para uno sería traicionar este atributo divino.
La ternura, como el agua, está hecha para compartirse. Vivir para anunciarla es dejar que la vida entera se convierta en agua fresca para los más predilectos de Dios. Es aprender a mirar a cada persona con ojos nuevos: con paciencia, con respeto y con misericordia.
La ternura nos humaniza. Nos devuelve la memoria más honda: la de saber que todos, todos, todos son dignos de ser amados”.
Damos gracias a Dios y a Don Bosco por el don de una nueva vocación sacerdotal que se pone al servicio de la Iglesia y de los jóvenes, especialmente de los más vulnerables.