Hoy en día, son muchos los niños con sus derechos vulnerados. La pobreza estructural, la violencia, el consumo de sustancias y el hambre son moneda corriente para muchos rincones de nuestro país. El barrio de Ludueña, en Rosario, no es ajeno a estas problemáticas.
Por: Antonella Mazzitello - OPD
Don Bosco nos inspira a ser una comunidad en salida, que alcance a los más necesitados, que sea un refugio para los más vulnerables. Es así como la presencia salesiana se encarna en el Centro de Día Saltimbanqui, en el barrio de Ludueña, como una llama que mantiene viva a la comunidad.
En el año 2018, nace desde la Oficina de Planificación y Desarrollo ARN “Beato Artémides Zatti” la iniciativa “Pequeños Saltimbanquis” en conjunto con Don Bosco Nel Mondo, para sostener el desarrollo de diferentes talleres de promoción de los derechos de los niños y su acompañamiento de manera integral en el Centro de Día.
Los talleres consisten en dar a conocer a los niños, niñas y jóvenes cuáles son sus derechos, mientras se abordan las problemáticas particulares desde una mirada atenta -esa que abraza y comprende – en conjunto con grupos de profesionales. De esto de trata la Encarnación, que es ponerse en el lugar del otro, en sus zapatos, su historia y desde allí intentar mirar y acompañar.
En Saltimbanqui hay lugar para todos.
Es una casa que se reinventa constantemente con las huellas de quienes la habitan, donde el trabajo en equipo funciona como un engranaje. Los niños, niñas y jóvenes, las familias, la comunidad y todas las personas que brindan su tiempo y fuerzas en la búsqueda de nuevos caminos son una pieza fundamental, siendo cada voz necesaria y valiosa.
Porque de eso se trata ser comunidad. Caminar y aprender juntos, compartir unos mates que calienten un poco el alma, crecer desde las diferencias y escuchar atentamente, siempre mirando hacia el mismo sueño: que no exista ningún niño o niña sin infancia y ningún joven sin posibilidades.