El domingo 16 de octubre se celebró en Ciudad del Vaticano, en la plaza de San Pedro, la canonización de José Sánchez del Río, adolescente de 14 años, martir de Cristo Rey durante la persecución religiosa en México.
Para la iglesia en México este acontecimiento constituye un momento de alegría, aún en medio de la fuerte inquietud por diversos hechos, desde el asesinato de sacerdotes, la continuación de episiodios de violencia ligados al crimen organizado, la falta de oportunidad para los jóvenes, la tragedia de la migración forzada y otros más.
La historia del martirio de este jovencito originario de Sahuayo, Michoacán, es estremecedora por los sufrimientos físicos que padeció: encarcelado, torturado (le desprendieron la piel de los pies y así fue obligado a caminar hasta el lugar donde siguió siendo maltratado, acuchillado y finalmente ejecutado). Pero al mismo tiempo es un fuerte testimonio de fe. Esa fue la causa de su participación en la lucha armada cristera que le llevó hasta el martirio. Su testimonio es una fuerte invitación a la santidad para los jóvenes, mexicanos y de cualquier otra parte del mundo.
La frase «nunca fue tan facil ganarse el cielo», que José pronunció al intentar convencer a su madre para que le dejara unirse a la lucha cristera… y que concluía: «no quiero perder la ocasión», es sin lugar a dudas memorable y desafiante para los jóvenes de hoy. Sus últimas palabras: «¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!»
En una carta dirigida a los salesianos de México-Guadalajara, su inspector, P. Hugo Orozco, recuerda a sus hermanos que “porque creemos en la santidad juvenil, la canonización de san José Sánchez del Rio, no puede pasar desapercibida, ni para nosotros ni para nuestros jóvenes. La vida y martirio de Joselito (como era afecuosamente llamado José) nos ofrece hoy la oportunidad de hablar del impacto de las convicciones de fe de su familia, como hijo santo es fruto de su ambiente familiar. El compromiso de su madre, su padre, hermanas y hermano por la defensa de su fe fue compartido y expresado de diversas maneras. Nos da también la oportunidad de destacar el cariño tan grande por Cristo, la importancia de conocerle y amarle de tal modo que ni la amenaza de muerte logra cambiar sus opciones. La valentía en la defensa de sus convicciones y su fe. La certeza de alcanzar el cielo y su anhelo de encontrarse con Jesús. Es un santo en pantalón de mezclilla… de lenguaje espontáneo, alegre, con amigos, servicial y creativo”.
Sobre la celebración, el director de la obra salesiana de Sahuayo, el P. Rafael Sandoval, comenta: “Aquí en la ciudad de Sahuayo se vive un ambiente muy interesante a partir de la canonización. Se puede apreciar el protagonismo por parte de los jóvenes. Ellos han tomado la iniciativa de organizar a otros jóvenes, a los de Sahuayo y a los que vendrán de fuera a festejar este acontecimiento tan juvenil. También la ciudad se ha vuelto un espacio donde reina el clima de preparación para este gran acontecimiento”.
“En lo que respecta a nuestra obra –continúa el P. Rafael- , los jóvenes, los alumnos, los niños, también se han estado preparando para estos festejos, por ejemplo, los alumnos más pequeños, los de primaria participarán en la oración del Rosario en la plaza principal de Sahuayo durante la vigilia de preparación a la fiesta. Otros, como los miembros del Movimiento Juvenil Salesiano local, se integrarán a las actividades propuestas para los jóvenes. Su preparación ha consistido en algunas catequesis y temas formativos que les ayuden a vivir y valorar mejor este acontecimiento”.
José Sánchez del Río, nacido en Sahuayo el 28 de marzo de 1913, sufrió el martirio el 10 de febrero de 1928. Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005. Joselito será inscrito en el elenco de los santos junto a otros 6 beatos: Salomón Leclerq, Manuel González García, Ludovico Pavoni, Alfonso María Fusco, José Gabriel del Rosario Brochero e Isabel de la Santísima Trinidad Catez.
Fuente: ANS