En la Casa Salesiana San Antonio de Padua funciona el Circo Social Salesiano Saltimbanqui, un espacio diferente donde los jóvenes pueden desarrollar destrezas físicas y artísticas mientras se conectan con una comunidad que promueve los valores del carisma salesiano. 

Pensado para chicos de más de 16 años, este espacio no solo acoge a aquellos que ya han formado parte de la familia salesiana, sino que también busca atraer a nuevos participantes que puedan beneficiarse de esta experiencia transformadora.

Acrobacias y malabares, una forma distinta de acercarnos a Don Bosco.
El Circo Social Saltimbanqui se diferencia por su enfoque inclusivo y su capacidad de ser una puerta de entrada al conocimiento de un Dios vivo y un Don Bosco comprometido. Para quienes ya conocen el carisma, el circo se convierte en un lugar para seguir viviendo estos valores de manera relajada y divertida.

Durante el año el aprendizaje funciona de manera colaborativa, cada uno comparte con los demás sus habilidades y conocimientos. Este año los chicos y chicas que participaron pudieron aprender acros aéreas, malabares y acros de piso. Este último tiempo, y motivados por seguir creciendo, el Circo incorporará profesionales que enseñarán malabares, tela y trapecio y presencia escénica. 

Valentina Fernandez, una de las referentes del espacio, nos compartió cómo es una jornada típica en el Circo Saltimbanqui: “Un viernes habitual los chicos empiezan a llegar a las cinco y media, después de una entradita en calor ya cada uno encara para lo que quiera practicar (…) Los referentes del espacio y quienes saben un poquito más van acompañándolos ya sea proponiendo ideas, corrigiendo o cuidando. El espacio de merienda está abierto toda la jornada: mates, jugo, pan casero y lo que cada uno lleve. Para el cierre hacemos un poco de estiramiento y partimos”. 

Un renacer tras la pandemia
Antes de la pandemia, en Córdoba contaba con dos circos: Saltimbanqui del SAP y Trotamundos del Pío X. Sin embargo, ambos espacios se disolvieron en ese momento. A mediados de 2023, se gestó este nuevo circo, resultado de la unificación de ambos proyectos. Los desafíos han sido significativos, especialmente en definir un perfil claro y en la convocatoria de jóvenes.

En relación a esto, Valentina expresó: “Nos terminamos decantando por dejarlo fluir y hasta ahora viene siendo un híbrido: funciones callejeras o ambulantes, que nos orientan y motivan viernes a viernes, sin llegar a ser grandes puestas en escena que quizá no podríamos sostener todavía”. 

El circo y el carisma salesiano
La conexión entre el circo y el carisma salesiano es profunda. Don Bosco utilizó sus habilidades físicas para atraer a jóvenes, y este espacio busca replicar esa dinámica. 

Por último, y relacionando los sueños a futuro con la misión salesiana, Vale nos compartió: “Creemos que el circo puede ser una propuesta en salida tanto como de entrada: en salida, acercándonos a nuestros destinatarios preferenciales – chicos en contextos de vulnerabilidad – para presentar una función o algún taller en oratorios, días del niño y otras celebraciones. De entrada, captando para participar del circo a jóvenes que están necesitando una comunidad que los acompañe y los ayude a descubrir y redescubrir su fé y el amor de Dios en el otro”.