Hagan Lío es un espacio radial llevado adelante por los alumnos del último año del colegio secundario Don Bosco de Formosa. Cada viernes, desde hace 8 años, sorprenden a sus oyentes con diferentes tópicos para charlar y debatir.

“La radio es un ambiente significativo, nuestro espacio para comunicarnos y abordar temáticas actuales”, dice Pilar Portillo, de la orientación de Humanidades. Su compañero Augusto,  afirma: “Como estudiantes, necesitamos tener una manera de expresarnos en relación a temas que nos conciernen desde el ámbito escolar, social o familiar”.

Como canal de comunicación, la radio llega a lugares diversos; por lo que debe estar en sintonía con las cuestiones que interesan a la comunidad toda. Y en Manantial, además, se pone el foco en los jóvenes, para que puedan expresar sus opiniones sobre los temas que les interesan, incluidos aquellos difíciles de abordar. “Hablamos de las cosas que nos interpelan -cuenta Julieta- relacionadas con la efemérides, con las actividades que se realizan en la obra salesiana, la capilla, el colegio”.

Jazmín sueña con estudiar Comunicación Social. Para ella, la radio le ha ayudado a descubrir algunas pistas de su vocación. “También es un espacio donde podemos expresar y hablar de las cosas que nos gustan y de los temas que nos interpelan como adolescentes”, resalta.

Pilar agrega: “Nos parece muy importante poder decir lo que pensamos. La audiencia generalmente es gente grande, que trata de entender nuestro punto de vista, pero también hay adolescentes que escuchan la radio».

 

En este sentido, Marcelo Godoy, director del Colegio Don Bosco, expresa su alegría, entusiasmo y agradecimiento por la posibilidad de “seguir comunicando las vivencias de los chicos”. Remarca que el objetivo no es comercial sino que apunta a “potenciar lo que ellos viven y generar herramientas para su vida futura”.

Otro estudiante, Joaquín, destaca el compartir que se da durante los programas. “Nos ayuda a comunicarnos en la vida social y a unirnos con el otro sexto”.

 

La magia de la radio ocurre dentro del estudio, pero se expande a cada casa y permanece cuando el diálogo de los locutores invita a una conversación en la mesa, en el aula o a la hora de los mates.