El 9 de octubre el Papa Francisco canonizará al salesiano argentino Artémides Zatti.
Artémides Zatti, el enfermero santo de la Patagonia, será canonizado por el Papa el próximo 9 de octubre. Así lo anunció Francisco en el consistorio realizado hoy en Roma, con presencia de los cardenales del mundo.
Don Zatti será el primer SDB en ser declarado santo por la Iglesia. Hasta el momento, los santos de la Familia Salesiana han sido fundadores de congregaciones (como el P. Murialdo, Madre Mazzarello o el mismo Don Bosco), acompañantes espirituales (Don José Cafasso), jóvenes oratorianos (Domingo Savio) y mártires (los P. Versiglia y Caravario).
Cincuenta años de vida entregada a la atención de personas enfermas en contextos de vulnerabilidad le valieron la santidad. Su alegría, diligencia y entusiasmo se esparcen desde Viedma y Boretto al mundo entero.
¿Quién es Artémides Zatti?
Artémides Zatti nació en Boretto, al norte de Italia, el 12 de octubre de 1880 en el seno de una numerosa familia campesina. Luis y Albina Vecchi eran sus padres. Como muchos italianos de esa época, la familia Zatti quiso evitar la creciente desocupación europea. Por eso, viajaron a la Argentina en 1897 y se instalaron en Bahía Blanca, lugar donde vivía un tío desde hacía un tiempo.
El 18 de febrero de 1911 Artémides Zatti hizo su profesión religiosa como Salesiano Coadjutor. Fue un enfermero y religioso salesiano, que durante cincuenta años se dedicó a la atención de los pobres y enfermos de Viedma, Río Negro. Allí dirigió el hospital “San José”, en la Patagonia argentina.
Zatti, nunca dejó de moverse en bicicleta, visitando a los enfermos más allá de la distancia o del viento y frío patagónico. En su hospital tenían privilegios los pobres, que recibían atención gratuita, y los enfermos que no eran queridos en otros lugares.
En 1914 recibió la ciudadanía argentina. Durante toda su vida estudió y se formó en el ámbito de la salud, recibiendo en 1948, a los 67 años, su matrícula de “Enfermero” en la Universidad de La Plata.
Años más tarde, el 19 de julio de 1950, al caerse accidentalmente de una escalera se le empezaron a manifestar los síntomas de un cáncer. A pesar de esto, continuó con el cuidado de los enfermos más pobres hasta que su enfermedad lo incapacitó. Luego de 48 años de trabajo en el Hospital San José y con 40 años de Salesiano de Don Bosco, falleció el 15 de marzo de 1951 a los 70 años de edad. Sus restos descansan hoy en la parroquia San Juan Bosco de la ciudad de Viedma.
El 14 de abril de 2002, el Papa Juan Pablo II lo proclamó beato de la Iglesia Católica en una celebración en la Plaza de San Pedro de la ciudad del Vaticano.