Verano en La Rioja: comunidad y fe

La Casa Angelelli abrió sus puertas a chicos y grandes para las actividades de verano.

Al grupo de animadores y animadoras del Movimiento Junvenil Salesiano de Casa Angellelli, La Rioja, se sumó este verano un grupo de 5 voluntarios. Llegados desde las presencias salesianas de Eugenio Bustos, Formosa, Chaco, Paraná y Concepción del Uruguay, pusieron todo de sí para vivir una intensa experiencia comunitaria y de fe. Además, la casa recibió a dos jóvenes salesianos en formación y a los nuevos consagrados que vivirán este año en estas tierras.

 

«Con este gran equipo -dice una animadora- llevamos adelante 3 actividades» que congregaron a un buen número de jóvenes y familias:

 

La primera fue un encuentro formativo destinado a 17 jóvenes que están dando sus primeros pasos hacia la animación dentro del MJS. En su mayoría, fueron animandos y también jóvenes que habían hecho la confirmación. Para el movimiento fue un gran logro, ya que por primera vez se hizo efectiva esta instancia formativa, luego de varias «puestas en pausa» causadas por el covid.

Entre los objetivos de la comunidad animadora, se encontraban: propiciar un espacio en el cual se promueva la identificación del MJS como comunidad juvenil, generar una experiencia de vida fraterna, acercar a la persona de Jesús a quienes participaran y conocer la Espiritualidad Juvenil Salesiana.

 

La segunda actividad consistió en un campamento destinado a quienes trabajan durante el año como animadores y catequistas, y jóvenes que alguna vez participaron de nuestros espacios oratorianos mayores de 18 años. Este espacio, que la comunidad promueve anualmente, se convirtió así en ocasión para el juego, la recreación, la convivencia, la formación y el discernimiento personal y comunitario. 

 

Finalmente, las actividades realizadas impulsaron la alegría y el compromiso de participar y organizar la Semana Oratoriana Salesiana. Esta instancia tuvo una convocatoria abierta para aquellos jóvenes mayores 15 años (de nuestras y otras comunidades) a participar de oratorios por la tarde, en tres puntos distintos de los barrios. Divididas las patrullas en Oratorio Carasucias, Pancita Llena y Patio de Encuentro, partían hacia sus respectivos lugares de acción. Al finalizar las actividades, «nos encontrábamos en la sala del ‘wences’ (en honor del mártir Wenceslao Pedernera) con noches de talleres, juegos, y cena», contaba Paula Maldonado. La misma animadora rescató el esfuerzo en la realización de la Semana Oratoriana: «Hubo un enorme trabajo detrás, desde la planificación de actividades pensadas para los oratorios, las tormentas inoportunas que amenazaban las actividades, hasta llevar a cabo un nuevo espacio un oratorio en la comunidad de San Roque».