No tiene que ser incómodo hablar de situaciones que han causado malestar, que te han hecho sentir mal, que te han generado sentimientos de tristeza, dolor e invasión para con vos… y si ha pasado algo que hizo que te sientas así, es importante que sepas que aquí estamos, hermanadas en el dolor, para escucharte y acompañarte en lo que sea que estés atravesando.
María es una grosa en muchos sentidos, pero algo que aprendo y admiro mucho de ella es que supo hermanarse con su prima. Ninguna entendía lo que sucedía, ninguna lo tenía del todo claro, pero María dejó todo para acompañarla y para atravesarlo juntas. Sería hermoso que este sentir de hermandad crezca y no sólo esté presente entre las pibas, sino también desde y con los pibes. La construcción de una Iglesia más igualitaria, la hacemos en Comunidad.
0 Comentarios