El Papa Francisco decretó el 24 de mayo de 2020 un año en torno a su encíclica Laudato Si’ -que en ese momento cumplía 5 años-, para rezar, reflexionar y actuar por el cuidado de la Creación. Invitó a “todas las personas de buena voluntad” a “cuidar de nuestra Casa Común y de nuestros hermanos y hermanas más frágiles”. Un año después, ¿qué sigue? ¿podemos olvidarnos del clamor de la Tierra y los pobres?
La opción que hoy hacemos es seguir cultivando la cultura del cuidado, fomentando los espacios de formación, reflexión y debate, llamando a la acción por el planeta. Laudato Si’ es una guía desde nuestra espiritualidad para adoptar nuevos paradigmas: un mundo justo, pacífico y sostenible en el que reconocernos hermanos, hijos del mismo Padre, herederos de una tierra que necesita de nuestra conversión ecológica.
“La urgencia de la situación requiere respuestas inmediatas, holísticas y unificadas en todos los niveles: local, regional, nacional e internacional”, explica el Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral en su página web. Y es que todo está conectado. Las diferentes crisis que hoy podemos identificar no son más que manifestaciones de una crisis mayor que es espiritual y cultural.
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